Gustavo Bueno, actor emblemático en la historia del cine peruano, conversó con nosotros. En esta entrevista nos cuenta acerca sus inicios en el teatro y nos anuncia algunas de sus próximas participaciones en la pantalla grande, además de revelarnos su opinión acerca de las críticas que recibe por manifestar su posición política.
Gustavo Bueno, ¿qué tal?… vuelves al teatro.
Bueno, sí, yo… nunca me alejo del teatro definitivamente, pero cuando la carga con Al fondo hay sitio fue muy pesada, me dio ciática, una situación muy estresante combinar ambas cosas, dejé y me quedé con El sistema solar, que lo hacíamos cada fin de año. Pero ahora que ya no tenía la carga de la televisión, he podido hacer películas, comprometerme con esta obra de teatro (Una gata sobre el tejado caliente de zinc), con el trabajo de Joanna (Lombardi), y la verdad que lo estoy disfrutando, lo estoy disfrutando sin la presión de tener que correr del set de televisión a las salas de ensayos, y después… No, estoy totalmente entregado a eso.
Claro, tú has estado en el anterior montaje de El sistema solar.
El sistema solar lo tenemos seis años y va a continuar, siempre nos lo piden en todos los diciembres. Después hice Karamazov… Sí pues, he hecho varias cosas, pero en los últimos dos años, no.
Ahora estás con un personaje que es el padre de Brick, el protagonista.
“El abuelo”.
¿Cómo se llama el abuelo?
Él no tiene nombre, es Pollitt de apellido, pero le dicen “el abuelo” (risas)… Me has hecho por un momento dudar.
¿Y qué tal?, ¿qué te ha dejado este personaje?
Ah, bueno… Es uno de los grandes personajes del teatro norteamericano de todos los tiempos. Me acuerdo que en cine, que es una versión light del asunto, lo hizo Burl Ives.
En los años cincuenta.
En los años sesenta. Burl Ives hizo antes El puente de San Luis Rey, que es sobre La Perricholi, ahí lo conocí, y esto fue una cosa muy relevante en su carrera cinematográfica; sin embargo, esa versión cinematográfica no se ajusta a todas las cosas, resquicios y crudezas que tiene la versión original de Tennessee Williams, por eso Tennessee no estaba muy conforme con la adaptación que se hizo para el cine. Elia Kazán la dirigió en teatro, y, bueno, creo que se ha representado en todo el mundo. Yo valoro en Joanna que la haya traducido y haya hecho como una… argamasa con la versión original, con algunos aportes, creo de Elia Kazán, que le sugirió a Williams, y finalmente resultara esto, porque aquí no hay concesiones; o sea, el tema de la homosexualidad del hijo se hace evidente. Entonces, es una dura…
Sin tabú.
Sí. Y es una dura ascensión hacia la verdad.
Que es el tema que trata la obra.
Esta obra, la historia verdadera, la película no, ¡en la película ni siquiera se nota eso!
No llegué a ver la película.
¡No!, te vas a dar cuenta cuando veas la película.
Tu personaje… de alguna manera, quizá no has roto muchos esquemas en relación con los personajes que has hecho en tus películas, siempre un hombre duro; alguna vez dijiste que te recuerdan siempre con el personaje del teniente…
El militar…
El teniente de La boca del lobo, el teniente…
Iván Roca.
Iván Roca, que ha quedado en la mente de todos los que hemos visto la película.
Sí, pero también hice personajes frágiles, que siempre han gustado mucho, lo que pasa es que más impactan en el recuerdo de la gente, y además, porque la historia tenía que ver con algo que nos llegaba y nos enervaba mucho, que es el tema del terrorismo, una matanza famosa además, y la película violenta y muy activa; pero, por ejemplo, en Caídos del cielo, el personaje es un tipo pues, más desvalido, imposible.
Sí, es una gran película también. Ahora que hablas del terrorismo, justamente en el cine hay una película, La casa rosada, que trata el tema.
Sí, la de Palito Ortega.
En las redes sociales, que ahora son muy reactivas y todo el mundo escribe lo que quiere, la han tildado algunos de “roja”, de que defiende a los terroristas.
Bueno, eso mismo dijeron de La boca del lobo al aire en alguna oportunidad cuando estaba Panamericana, me acuerdo de Roxana…
¿Canedo?
Esa, ¿no? Sí, hace mucho tiempo: “Esta película ha sido premiada en Cuba”, “esta película proterrorista”, “ha obtenido siete premios en el Festival de La Habana”… Puta, uno lo escuchaba y se asustaba, uno decía “yo voy a salir a la calle y va a aparecer un policía o no sé quién y me va a ca… y me va a meter un balazo, si no me lo mete un terrorista, me lo va a meter este…” Entonces, decían barbaridades semejantes, solo que en esa época estaba el terrorismo y estaba la represión ahí; entonces, tú sabías que podía venir realmente el balazo, ahora ya no.
Ahora hay otro tipo de terrorismo, que le llaman “blanco”, que tiene que ver con criticar…
Para meterte en este saco o para meterte en el otro…
A ti te han criticado mucho últimamente también, algunas veces, por decir tu posición política.
Sí, sí… Ahora, todo el mundo sabe que soy un hombre de izquierda, eso no me importa, eso lo admito públicamente, pero que me digan “proterrorista”, sería estúpido.
Volviendo a ti, tú naciste en el teatro.
Claro, mi madre… soy hijo de actriz, estuve vinculado al teatro desde chiquito, siempre, y actúo desde chico, desde los nueve años prácticamente.
¿Te acuerdas de tu primer personaje?
Bueno, cruzaba solo el escenario en una obra que dirigía mi madre, que se llamaba Sacrificio, pero mi primera cosa con texto fue con el Club de Teatro de Lima, El diablo Peter, se llamaba, y lo dirigió Reynaldo D’Amore.
¿Y algo grande en el teatro en que hayas empezado?
¿Muy joven?
Protagónico quizá.
Ah, bueno, sí, Los dos verdugos, con Marco Leclerc, La gaviota, que dirigió Alberto (Ísola), y yo la protagonizaba, hice la escenografía también, en esa época nos dividíamos roles en el TUC (Teatro de la Universidad Católica), incluso Lucho Peirano trabajaba, Mónica Dominguez , en el elenco, Violeta Cáceres. Y bueno, empecé a hacer cosas importantes y personajes importantes porque de mi promoción del TUC en el primer año solo quedé yo, y como no iban a poner profesores para mí, me metieron en todas las obras, hasta que entrara otra promoción y se igualara; entonces, llegó la promoción de Édgar Saba, de Coco Guerra, de Alicia Morales, en fin, varios.
Y ahora, en comparación… tú estás trabajando en el teatro, ¿qué necesita el teatro ahora?, ¿crees que está bien?
Yo creo que el teatro peruano, si no es el mejor, es uno de los mejores de esta parte del mundo. Con el riesgo, con la creatividad. Tiene los mejores castings de América Latina, los más equilibrados. En tres oportunidades, tres directores que han venido invitados porque su obra se ha puesto acá, me dicen: “Esto no lo consigo allá”, que entiendan el texto con claridad, porque alaban mucho la forma de lo que se habla.
Cuando conversé con Claudia Dammert, que en paz descanse, el año pasado, me dijo que los actores peruanos dan cátedra en el mundo.
Sí, son muy buenos. Y desde hace algunos años, se han atrevido los jóvenes a pensar en eso como una carrera. En la época en que yo me inicié estaba más asustado, tenía pesadillas de que me iba a morir de hambre, y efectivamente, hay épocas en que uno no tiene, o sea, no tenía, Cuando ya te consolidas, ya superaste, pero los muchachos… Lo que sucede ahora es que hay una altísima competencia, hay actores magníficos jóvenes, y actrices magníficas, Wendy Vásquez es un monstruo de actriz, y es una actriz relativamente joven, y empiezan a surgir más y más.
Y ya no tienen que tener dos carreras, como alguna vez recomendaste, para sobrevivir.
Sí eso le dije a Toño Vega, “tienes que tener dos carreras, si no te llega acá, tienes que tener algo afín, algo relacionado”. Yo por eso he sido durante más de dos décadas publicista, y hacía publicidad y hacía teatro, pero lo que me daba la plata para vivir era la publicidad, como director de comerciales.
En una de las escenas del montaje Una gata sobre el tejado caliente de zinc (fotografía: Lima News)
Para ir terminando, hablaste de Toño Vega, con él actuaste en La boca del lobo… ¿vas a volver a estar en otra película?
Acabo de hacer Margarita (la segunda parte), que es una comedia, y ahora voy a hacer un thriller, Rapto, porque trabajé con Frank (Pérez-Garland) y nos llevamos muy bien en Margarita y me dijo “por favor, te quiero dar este guión, no es un papel muy grande”, es una cosa que ya estaba elaborada en coproducción. Tuve una muy buena experiencia con Frank, con Vanessa Saba, así que estoy feliz en continuar en esto que se inicia. Después, hay otra película que ya ha terminado el guión Pancho Lombardi; eso, si obtiene el financiamiento, porque tú sabes que entran a una serie de concursos, se hace en setiembre.
De Pancho Lombardi… ¿algo que nos puedas comentar de esa película?
No, nada, porque todavía no me ha pasado el guión, sé más o menos de lo que trata, pero sería una infidencia temeraria hablarte sobre el argumento.
En televisión nada todavía.
No. Cuando el canal nos destinó a varios actores de Al fondo hay sitio para varios y tales proyectos, me iba a ir a Alfonsina, pero después vino todo este descalabro de El Niño (fenómeno El Niño costero), y los auspiciadores bajaron, y el proyecto se transformó en uno muy caro, y yo ya no estaba en De vuelta al barrio. Pero, en todo caso agradezco porque he podido, en estos dos años, conectarme otra vez, de manera no traumática, al teatro o a hacer películas, que no tienes que correr del set de grabación para ir a ensayar, eso te mata.
Para terminar, te homenajearon en el Festival de Cine por tu carrera hace tres años, ¿sientes el aprecio de la gente?, ¿cómo te sientes con eso?
Sí, fue una cosa muy grande eso.
¿Ahora cómo te sientes?
Normal, estoy haciendo mis cosas y las voy a seguir haciendo, en ese sentido estoy muy satisfecho.
Estás satisfecho con tu carrera.
Sí, y espero que continúe, como dice el viejo este (su personaje en la obra): “Pienso vivir 15 o 20 años más”, (risas) no creo, pero…
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