Rocío Silva-Santisteban, poeta, activista por los derechos humanos, profesora, abogada, periodista, y ahora candidata al Congreso de la República, se dio un tiempito en medio de esta breve campaña política para conversar con nosotros. Criticada por algunos sectores del fujimorismo, dos veces ganadora del Premio Copé de Poesía, militante de izquierda desde la adolescencia, feminista, Rocío aborda temas delicados en esta entrevista, en donde nos cuenta también que no ha dejado la literatura, pero que quiere servir al país desde el Parlamento, al que postula como parte del Frente Amplio con el número 2.
Rocío, quieres ser congresista.
Es un reto que asumo. Soy una mujer de izquierda, desde que era adolescente. La izquierda está en crisis y me parece importante generar una cierta esperanza, y creo, por lo que he escuchado, que mi candidatura genera esa esperanza.
Estás en el Frente Amplio.
Sí, desde el 2014. Apoyé la candidatura de Verónika Mendoza, y de Marisa Glave. Después, cuando se produjo la ruptura y se fue la gente del MNP (Movimiento Nuevo Perú), un grupo nos quedamos, y hemos seguido activando y organizando cosas. Tengo un trabajo en el tema de derechos humanos de larga data, y me interesan los derechos de las mujeres, la protección contra la violencia de género, me parece importantísimo.
Estás en el partido desde el 2014.
No milito en el partido, soy activista del Frente. Es una posición política personal que tenemos varios del FA de Miraflores, somos bastante periféricos de lo que es el partido mismo, no tenemos una relación tan estrecha con él, excepto las reuniones que se dan a nivel sectorial de Lima.
El Frente Amplio está liderado por Marco Arana.
Sí.
Pero él no está postulando ahora.
No, pues, porque él va a postular a la Presidencia, se supone. Él ya ha sido propuesto como candidato a la Presidencia de la República por el Frente Amplio.
Imagino que el tema de la alianza de Verónika Mendoza con Vladimir Cerrón ha afectado a la izquierda.
Por supuesto, ha afectado fuerte, varias personas que estaban trabajando con Verónika Mendoza se han salido del Movimiento Nuevo Perú, y eso ha afectado a la izquierda. Las figuras femeninas más fuertes se han ido: Marisa Glave, Tania Pariona, Indira Huilca…
Algunos se han quedado con Verónika Mendoza…
Querían participar en las elecciones sí o sí, y la forma era aliarse con Perú Libre, el partido de Vladimiro Cerrón. Ahí fue que se produjo todo este cisma, porque Cerrón había tenido unas declaraciones homofóbicas, machistas, demostrando que en realidad no era una izquierda renovada sino una izquierda tradicional, machirula.
Y tú…
Yo estoy al margen de toda esta discusión. La izquierda tiene que renovarse, tiene que ser una izquierda feminista, una izquierda decolonial, una izquierda que esté pensando en el 2021, no podemos seguir con parámetros que funcionaron en la Guerra Fría, es absurdo.
Entonces, no estás al margen de esa discusión.
No, al margen de la discusión como debate, no, porque tengo una posición específica, pero yo no formo parte del Movimiento Nuevo Perú.
Ya no ha habido un acercamiento.
¿Con el Frente Amplio?, no. Las diferencias entre Frente Amplio y los otros grupos son diferencias de liderazgos, tienen que ver con procesos y situaciones difíciles, se han dicho cosas muy fuertes, en un momento lo agarraron a Marco Arana de punching ball, echándole la culpa de todos los problemas de la izquierda, lo cual es absurdo. No digo que él no tenga la culpa de parte de los problemas, pero también Verónika Mendoza, y también la militancia y los líderes. En la izquierda tiene que haber un cuestionamiento fuerte al caudillismo, porque el caudillismo es autoritario. El grupo de Antauro Humala no es de izquierda, son nacionalistas, sí, pero no son de izquierda, la izquierda es internacionalista por esencia.
Después de todo lo sucedido, ¿qué opinas de Verónika Mendoza?
Creo que ella ha quedado fuera de juego, lamentablemente, ha quedado en offside. Son decisiones que ella ha tomado, las ha tomado su partido, pero ella también las ha tomado, porque ella como líder pudo haberse opuesto a esa alianza. Ella despertó la esperanza de muchas personas de izquierda, incluyéndome a mí, de la posibilidad de un liderazgo diferente, de una mujer joven. Poner por encima de los principios la pragmática electoral es horrible, y eso es lo que ha demostrado el Movimiento Nuevo Perú. Ojalá que se reconstituyan, porque me parece importante que la izquierda tenga líderes más progresistas, que asuman, por ejemplo, el feminismo; eso, Verónika lo había asumido, pero la pregunta es: ¿cómo dejas tus propuestas feministas, tus propuestas de diversidad de género, en función de una alianza electoral?, ese es el punto.
No creo que Marisa Glave o Indira Huilca vuelvan al partido de Verónika Mendoza, más bien, ¿crees que vuelvan al Frente Amplio?
Es difícil, porque Marisa produjo una ruptura fuerte con el Frente Amplio. Nosotros en Miraflores habíamos trabajado por su candidatura, y ella en un momento simplemente se retiró, chau, y nunca hubo una devolución ni una fiscalización sobre su labor congresal. Los congresistas tienen que bajar a sus bases. Si han votado por ti en tal lugar tienes que ser transparente y decir yo he trabajado en esto, he gastado esto… no puedes estar en el Congreso en una especie de Parnaso y completamente fuera de la realidad en que la gente está luchando día a día. Si tu gente te ha apoyado, tienes que regresar y decirle: estoy haciendo esto, ¿está bien o lo estoy haciendo mal?, y eso es lo que yo tendría que hacer también.
Entonces, no solamente Verónika Mendoza te ha decepcionado, sino también las otras congresistas.
No, por ejemplo, Tania Pariona es una congresista que ha podido tener un perfil bastante interesante, que ha sido muy consecuente, ha trabajado por temas muy importantes para los ayacuchanos, como todos los temas vinculados con el conflicto armado interno. Hay otros congresistas que también se han parado firme. El mismo Marco Arana, él ha sacado leyes que son importantes para el tema medioambiental. Él propuso y sacó adelante la Ley de Protección de Cabecera de Cuencas, que es una ley muy importante.
Volviendo a ti, ¿es la primera vez que candidateas a un cargo público?
Sí, primera vez.
Pero me parece que ya te lo habían propuesto.
Bueno, en el Frente Amplio, en el 2016, pero no sentía la disposición para poder entrar en el ámbito de la política pública. Esta posibilidad que se da ahora en el 2020 es precisamente porque funciona hasta el 2021, si fueran cinco años quizás no estaría presentándome.
Sientes que es un pequeño sacrificio.
Sí, el Congreso es una de las instituciones más desprestigiadas del país. Yo no estoy yendo a un palacio dorado, estoy yendo a la jaula de los leones, y en un momento en que la gente tiene total desconfianza del Congreso, la gente piensa que los congresistas son unos corruptos, unos comechados. Los ciudadanos que somos más o menos honestos, que no tenemos chicharrones detrás, podemos hacer un trabajo mínimamente decente, para que la gente tenga de nuevo confianza en el Congreso. Al Congreso no van a ir solo los corruptos que están buscando impunidad, sino también la gente que está interesada en que en el Perú se pueda hacer algo, ¡mínimamente algo! En un año y medio, ¿tenemos tiempo de qué?… Vamos a elegir al Tribunal Constitucional, tenemos que hacer las reformas políticas, tenemos que sacar adelante la reforma judicial, hay toda una serie de proyectos en cartera que se tienen que continuar, hay que hacer fiscalización. Un tema que me parece importantísimo es fiscalizar cómo se aplican los protocolos de acción de la Policía Nacional en casos de violencia de género, de violencia contra la mujer.
¿Se puede volver a un Congreso bicameral en este periodo?
Sí, hay tres periodos legislativos en este año y medio, se puede cambiar la Constitución en dos periodos. Desde el Frente Amplio se ha propuesto que podría haber una cámara alta, pero no tendría que ser constituida desde una élite, sino desde diferentes perspectivas, para pensar en cómo hacer política de una manera mucho más directa y sincera. También estamos planteando la posibilidad de una Asamblea Constituyente, o por lo menos de debatir el tema. A mí me parece práctico, porque si estamos reformando media Constitución por un tema político, y un cuarto de Constitución por el tema jurídico y judicial, ¿por qué no cambiamos toda la Constitución?, si ya la estamos reforma y reforma y reforma. Lo que creo es que hay una reacción de pánico, de miedo, ante el cuestionamiento del modelo, y yo creo que el modelo también tiene que ser cuestionado.
El modelo económico.
Por supuesto, el modelo económico.
Acerca de la propuesta de candidatear al Congreso… creo que algunos años antes también te habían propuesto candidatear, en el partido de Susana Villarán, en el 2006.
SÍ, recuerdo que Susana me llamó por teléfono y yo le dije que no de saque, porque no me sentía tan vinculada con esa propuesta partidaria. Hay una gran diferencia. Yo estoy trabajando con el Frente Amplio y sé perfectamente cómo funciona.
A propósito de Susana Villarán… ¿quieres hablar de ella?
A mí realmente me da pena lo que ha pasado, porque, bueno, me la imagino ahorita. Yo he trabajado en la cárcel de máxima seguridad (Establecimiento Penitenciario Anexo de Mujeres de Chorrillos) donde ella se encuentra en estos momentos, y, bueno, es una cárcel pequeña, no hay una sobrepoblación como en Lurigancho o Canto Grande, pero, la cárcel es la cárcel, y para una persona mayor, de la tercera edad, es algo duro. Y, sin embargo, ella llegó a esta situación porque se rodeó de personas que no fueron de confianza y ella les dio su confianza, y en segundo lugar, les cerró la puerta a las personas de confianza que habían estado siempre con ella, personas honestas, y no los escuchó.
Algo parecido me dijo una persona que la conoció, que Susana Villarán no escuchó a las personas correctas.
Un amigo muy cercano me decía: oye, tengo que hacerle la guardia a Susana Villarán en la puerta de su oficina porque no me recibe, ¡y él era un funcionario de la Municipalidad de Lima! Ella se fue aislando con este grupo de gente, gente que ella le tenía confianza, porque eran hijos de sus amigos, y finalmente demostraron que en realidad no tenían mucha ética y nada de moral, y la hundieron a ella hundiéndose ellos mismos, como es (José Miguel) Castro y (Gabriel) Prado.
Se hace difícil pensar que ella haya robado, pero hay muchos testimonios.
Si una empresa te da plata, y te la da en un maletincito, como se la ha dado a Keiko Fujimori, ¿para qué cosa es? No te pases pues, no es para hacer nada bueno. Porque si no, el dinero que te quieren dar, se bancariza.
Claro, lo haya utilizado para lo que lo haya utilizado, está mal.
Exactamente, está mal porque ella era funcionaria pública, ella iba a trabajar con los brasileros. Ha habido cosas internas también, como que el mismo Ollanta había recibido, y que todo ese flujo de dinero fue aceptado porque Lula estaba ahí detrás apoyando a Odebrecht. El tema es complejo, pero ella tomó una decisión equivocada. Yo me acuerdo que la campaña fue alucinante, tenían spots de televisión, tenían letreros por todo Lima. En esa época felizmente yo estaba en la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y no participé de la campaña, pero conocía a tanta gente que lo hizo no por dinero, sino porque estaban convencidos de que Susana era una persona que tenía que seguir en el municipio, y fue terrible para todos ellos que pusieron su chamba y toda su energía, que después se enteraran que había gente que sí lo hacía por plata.
Después de los casos de Villarán, de Ollanta, es como que la izquierda perdió una oportunidad.
Bueno, pero, Ollanta Humala se volteó a los cinco minutos, era obvio. Primero, el nacionalismo no implica ser de izquierda. A mí no me convencen mucho los militares que entran en la política. No tenía un buen equipo, el equipo que tenía a la gente de izquierda que al final salió porque se impuso otra, y, obviamente, los dueños del Perú le pusieron la agenda, y él lo que hizo fue arrodillarse pues.
Hablando de la izquierda y de ciertos términos… ¿qué sientes cuando te dicen caviar?
No me gusta, obviamente, es un término despectivo para referirse a que los profesionales de nuestro país, las personas que hemos estudiado en la universidad y tenemos un posgrado, tenemos que ser derecha, ¿por qué?, como si fuera falso lo que planteamos. Pero, el problema ya no es ser caviar, eso es una especie de insulto suave, lo peor de todo es que te terruquean.
En redes sociales te dicen proterruca.
Todo el tiempo me dicen proterruca porque defiendo los derechos humanos, de todos. ¿Qué sucedería si yo, defensora tenaz de las mujeres, qué pasaría si a un feminicida la Policía lo captura y lo mata en una ejecución extrajudicial en una comisaría? Lamentablemente habría que defender a ese maldito, porque la Policía no puede cometer ejecuciones extrajudiciales. A mí me han insultado porque dije que durante la recaptura de los rehenes de la Embajada de Japón se ejecutó extrajudicialmente a una persona. Eso está probado absolutamente, ha llegado a sentencia firme en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y yo simplemente lo que he dicho es repetir eso y decir la verdad. Eso le ha molestado al Ejército, a la familia militar, y me hicieron un bullying espantoso, simplemente por plantear que no se pueden cometer ejecuciones extrajudiciales, ni siquiera en esos casos, y ni siquiera con terrucos.
Claro…
Ni con terrucos, ni con asesinos. Hasta el asesino más maldito tiene derechos humanos, porque no los tiene por el hecho de ser asesino, obviamente, sino por el hecho de ser humano, porque si nosotros comenzamos a deshumanizar a los otros seres humanos, terminamos defendiendo los campos de concentración.
Quizá hay una confusión porque dicen que tú acusas a los comandos que rescataron a los rehenes.
Yo no acuso a los comandos. Ha quedado totalmente demostrado que dentro de los comandos que actuaron defendiendo y, felizmente, salvando a los rehenes, había un grupo que estaba comandado por Huamán Azcurra, y ese grupo tenía las indicaciones de que no quede ningún terrorista vivo, y eso fue lo que hicieron. Lo que ha pasado es que la defensa del Estado peruano ha sido una defensa homogenizando a todos.
Mejor dicho, protegiendo a…
Protegiendo a Huamán Azcurra y a ese grupo de montesinistas, y si ellos los están protegiendo tienen que asumir la responsabilidad. Me parece que no se debió de hacer eso, lo que se debió de hacer es que el procurador del Estado diga: sí, perfecto, hubo un grupo que estuvo comandado por Montesinos y por Alberto Fujimori que dio esa orden.
Incluso el exministro de Justicia, Gustavo Adrianzén, defendía también a los militares.
Exactamente, porque él fue el procurador que perdió, el abogado del Estado peruano que pierde ante la Corte Interamericana es Adrianzén, ese es el gran asunto, él está defendiendo su caso.
Entonces, la Corte Interamericana… ¿acusa al Ejército peruano o al Estado peruano?
La sentencia de la Corte no acusa al Estado peruano. Sí dice que había un grupo que estaba interno en los comandos. Las sentencias de la Corte no son como las sentencias locales, que sancionan a las personas, las sentencias de la Corte sancionan al Estado. Entonces, el Estado tiene que pagar una reparación a la familia del asesinado, y claro, la familia del asesinado es una familia de terrucos, una familia emerretista. Por eso ponen el grito en el cielo diciendo: ¿cómo el Estado peruano le va a pagar a los terroristas?
¿El proceso sigue?
No, el proceso ya terminó, está con sentencia firme.
¿Se ha cumplido la sentencia?
No tengo información si se ha pagado o no, igual, el Estado siempre la hace larga. Incluso en otros casos, como en el caso Colina, en el caso Barrios Altos, también el Estado se ha demorado.
En el Perú ha existido terrorismo de Estado, ¿no?
Yo diría que violaciones de derechos humanos sistemáticas, pero no sé si podría decir terrorismo de Estado. En Chile sí hubo terrorismo de Estado, hubo un sistema bien estructurado, bien pensado, para torturar de manera brutal y de manera masiva. Lo que ha pasado acá en el Perú…
Estamos hablando del gobierno fujimorista y del primer gobierno de Alan García.
Lo que ha pasado acá en los ochenta, en el gobierno de Belaúnde, de Alan García y de Fujimori, es que mandos militares en zonas de emergencia torturaron a gente. En Ayacucho existía un lugar llamado La Casa Rosada, donde se llevaba a la gente a torturarla, eso lo sabía la gente, los que llegaban ahí no salían vivos, los que han salido vivos han podido dar sus declaraciones, hasta Palito Ortega hizo su última película llamada La Casa Rosada, y ahí demuestra que sí existía ese lugar. En Huancavelica, entre los poblados de Manta y Vilca, había un establecimiento militar donde los militares violaban a las chicas de ambos poblados. Ahí nacieron un montón de niños de esas chicas violadas, y precisamente 16 de esas mujeres han denunciado, y el caso está en estos momentos en el Poder Judicial en un juicio oral.
Quizá exageré con el término “terrorismo de Estado”, pero las torturas sistemáticas también eran conocidas por los presidentes.
Una cosa importante y motivo por el cual Alberto Fujimori está en la cárcel es por el Grupo Colina, que asesinó a la gente de La Cantuta y de Barrios Altos, y se ha demostrado fehacientemente que no era un grupo paramilitar, era un grupo que estaba dentro de la escala de órdenes del Estado peruano, financiado con presupuesto del Estado peruano; o sea, yo pago mis impuestos, y con mis impuestos esas personas recibían dinero y armas para matar a peruanos.
Quienes te llaman caviar y proterruca quizá esperan que pongas el mismo énfasis en denunciar al terrorismo.
Yo he vivido el terrorismo, el terror, el pánico, el miedo a que me pongan una bomba. Yo trabajaba en el Centro de Lima durante esos años, y teníamos miedo de que nos pusieran una bomba. Por supuesto, Sendero Luminoso eran unos malditos, destruyeron el lazo social, la confianza social, con una idea completamente alucinada de lo que era la revolución para ellos, matando gente a diestra y siniestra. El libro de Lurgio Gavilán, Memorias de un soldado desconocido, muestra cómo Sendero Luminoso reclutaba a niños prácticamente, en el campo rural, en Ayacucho, los maltrataba, los golpeaba, los utilizaba para matar a otra gente, y encima se morían de hambre, estaban llenos de piojos, vivían en una situación deplorable. El responsable es Abimael Guzmán, y se va a quedar en la cárcel hasta que se muera. Hay que poner sobre la mesa que Sendero Luminoso cometió unos actos despiadados, crueles, brutales, sanguinarios, sí, por supuesto que sí, pero, son delincuentes. El Estado peruano, y los soldados peruanos, y la Policía peruana tienen que defendernos a nosotros los ciudadanos, no pueden ser delincuentes.
Cambiando un poco de tema, pero hablando de la violencia también… el psiquiatra Mariano Querol me dijo en una entrevista que la violencia siempre ha existido, pero que ahora es más visible, ¿estás de acuerdo con eso?
La violencia hacia las mujeres…
Sí.
Bueno, sí, es verdad, porque antes todos los temas vinculados con violencia física, siempre se decía: bueno, esos problemas se resuelven adentro de la casa, y en el caso de matar a una mujer, se decía que eran “homicidios pasionales”…
“Crimen pasional”
“Crimen pasional”, producido por los celos, y se le echaba la culpa a la víctima.
Aunque… la emoción a veces es incontrolable.
Sí.
Pero, claro, también tiene que ver con la educación, con toda una cultura.
Exacto, con la cultura machista, con una educación que no construye a varones libres de sus propios prejuicios, sino a varones machistas. Hay casos como el de Carlos Huallpa, que mató a Eyvi Ágreda; él piensa: voy a comprar la gasolina, voy a meterla en un pomo, voy a perseguir a la chica, voy a subirme al micro… o sea, ahí no ha habido emoción violenta, todo eso estuvo bien calculado, hubo premeditación, alevosía, perfidia, ventaja, por eso es que se le ha dado una sentencia dura. Las sentencias y las sanciones a los feminicidas también son pedagógicas. Todos los días escucho que hay violencia hacia las mujeres en los noticieros, y hoy día en la mañana escuché que una señora bien pobre, con dos hijos, se había separado del marido, y el marido había regresado y le había dicho “a mí no me importa que me metan preso, igual te voy a matar”. Eso es bien preocupante.
Es como los violadores, la pena de muerte no evita…
No es disuasiva.
Y aunque hay leyes para proteger a las mujeres, no se cumplen.
Tiene que haber una voluntad de cumplimiento de esas leyes. Lo que pasó con el crimen de El Agustino, y con la Policía que no fue… ¿qué pasa si te llama por teléfono un vecino, y te llama otro vecino, y un tercer vecino y después va un vecino…? ¡Y va otro más!, ¡cinco personas y dos personas van a buscar a la propia gente de la comisaría!, ¿y los de la comisaría se demoran más que los bomberos?, o sea, ¡pudieron salvarla!, ¡pudieron salvar a otro de los niños! Y por la desidia de ellos es que no sucedió eso, ¿y qué pasó al día siguiente?, la ministra de la Mujer sale en un programa de televisión prácticamente protegiendo a los policías. Si yo estuviera en el Congreso, lo primero que hago es pedir que censuren a la ministra.
En una de tus columnas dices que los medios de comunicación incurrirían en pedagogía de la crueldad.
Sí, pero creo que se ha tomado consciencia. Las periodistas de América Televisión han organizado un espacio de monitoreo de feminicidios. Las periodistas podemos hacer muchas cosas, podemos exigirles a los directores de los medios que el enfoque de temas de violencia hacia las mujeres sea un enfoque que tenga una perspectiva de género. ¿Eso qué significa?, que no solo se vea desde el lado delincuencial sino desde la perspectiva de las propias víctimas, de las mujeres. Otro tema importante en el último año es que se ha visibilizado a los huérfanos, que matar a la mamá deja a unos niños huérfanos, y que encima el padre de esos niños es el que está en la cárcel, es una destrucción absoluta de la familia.
A propósito del tema del feminismo… ¿qué piensas cuando oyes o lees el término “feminazi”?
Es una manera de descalificarnos, una manera bastante burda, porque quien llama “feminazi” a una mujer está más del lado de los nazis que del lado de las víctimas. Puede ser que haya chicas, mujeres, que a veces nos radicalicemos, pero hoy en día, como dice Rita Segato, hay una guerra contra las mujeres, y nos están matando.
Los hombres, con la cultura machista, sienten que pierden poder, y también sienten, sentimos, algunas veces, violencia de parte de las mujeres, obviamente no es comparable que te maten y torturen a que te griten, pero igual, hay cierta violencia.
El gran problema es que la violencia no se soluciona con violencia. Entonces, si viene tu marido y te tira una cachetada, ¿tú le vas a poner la otra mejilla? La violencia produce violencia. Vivimos en una sociedad muy violenta, y en parte es porque no hay ningún trabajo de memoria histórico importante que mire hacia atrás y diga qué fue lo que sucedió en los años ochenta, noventa, que nos llevó hacia situaciones de violencia extrema, y que destruyeron la confianza social en los demás. Y, por otro lado, tenemos una cultura neoliberal, que es una cultura hiperindividualista en que solo me salvo a mí mismo, y es un gran error, porque la única manera de poder hacer frente este flagelo es entre todos. Tiene que haber una cultura de solidaridad, una cultura comunitaria, una cultura que piense que podemos apoyar a las víctimas, no desde nuestra profesionalización o desde un elemento técnico, sino desde la voluntad social de defender a esas mujeres, niñas y ancianas, que son las más vulnerables, que son víctimas, no solamente de feminicidio sino también de violencia sexual. ¿Cuál es el lugar donde se producen los feminicidios y las violaciones sexuales?… la casa, ese es el gran problema.
Otro tema que tiene que ver con el feminismo, y que hay una ola ahora, es el tema del aborto legal.
Es un tema muy polémico, y siempre lo ha sido. Mi posición en estos momentos es que debemos despenalizar el aborto para los casos de violación sexual. Las violaciones sexuales se producen de padres a hijas, hay mucho incesto en el Perú, es preocupante. Hace poco hubo un caso en que el papá dejó embarazada a la hija, y la mamá lleva a la hija a que se realice un aborto, y bueno, resulta que después llegan los del Ministerio de la Mujer, preguntan por este tema, y se llevan a la madre presa.
Es que la ley lo dice.
Exacto, porque la ley penaliza el aborto por violación. Tenemos que despenalizar el aborto por violación sexual. Los que dicen que una niña de 12 años violada por su padre tiene que llevar adelante un embarazo, son personas que defienden la tortura, porque esa acción es de una crueldad extrema.
Los grupos provida argumentan que el aborto es una salida fácil, y que también es violencia, matar a un ser, un feto, una persona.
Ahí está la gran discusión de a partir de qué semana (es una persona). Obviamente, no se puede practicar un aborto de un feto de siete meses, pero si se produce dentro de las 48 horas de la violación sexual, ¿por qué no?
Es toda una discusión.
Es una discusión científica, moral, ética. Pero, mientras discutimos esto, hay un montón de niñas embarazadas de sus propios padres quienes las violan.
Pero también hay otra ola, del aborto legal en cualquier caso.
Bueno, tendría que ser analizado de una manera más detenida. En todo caso, se tiene que empezar por el tema del aborto en caso de violación.
¿Estás de acuerdo con el aborto legal en cualquier caso?
Estoy básicamente de acuerdo. No creo que porque se despenalice el aborto de manera general las jóvenes vayan a abortar porque les da la gana, no creo eso, no ha pasado en ningún país. Sé que es un tema polémico en el Perú, pero se tiene que debatir en el ámbito de lo público. No podemos plantear, para tomar decisiones jurídicas y decisiones legales, que hay principios religiosos, porque el Estado peruano es laico.
Pero la cultura es religiosa.
Claro, pero el Estado no te está diciendo “aborta”, simplemente está despenalizando el aborto.
En cualquier caso, sea caso de violación o sea caso de decisión de la propia mujer por su cuerpo, es obviamente muy polémico, porque es el cuerpo de la mujer, pero es otro ser.
Sí, yo también creo que el argumento de que es mi cuerpo y yo con mi cuerpo hago lo que me da la gana, no es tampoco tan así, yo no estoy de acuerdo con ese argumento. En Alemania, donde el aborto es legal, se hace un acompañamiento, con psicólogos, con psiquiatras, con personas espirituales. El contraargumento de que ahora todas las mujeres van a abortar es una falacia, la decisión finalmente va a estar en la voluntad de las propias mujeres.
Cuando dijiste que la legalización del aborto en caso de violaciones es el primer paso, implica que estás a favor de que legalicen el aborto en los demás casos.
Es que hay otros casos. En estos momentos en el Perú hay un caso que es legalizado, que es en el riesgo de vida de la madre, pero nadie quería hacerlo tampoco, porque no había protocolos. Incluso hay un caso famoso, de K.L., que llegó hasta la Corte Interamericana, y tiene una sentencia, también contra el Estado peruano, porque a ella la obligaron… ella tenía un riesgo alto, y bueno, la obligaron a llevar adelante un embarazo de un feto ancefálico, o sea, era inviable el feto, un feto que no tiene cerebro, apenas nace, muere. La obligaron a llevar hasta el final el embarazo, y eso le produjo no solamente secuelas psicológicas, sino físicas. ¿Por qué el Estado peruano no apoyó a esa madre que estaba en riesgo?… porque no había un protocolo. A partir de ese caso es que se ha planteado un protocolo. Los médicos que no estén de acuerdo por un tema de consciencia pueden decir, bueno, yo no, pero es un protocolo del Estado peruano que es un Estado laico.
Creo que la clave es saber cuándo el feto siente dolor. Algunos dicen que a partir de los tres o cuatro meses sienten dolor físico, cuando empiezan a desarrollarse las terminaciones nerviosas… podría ser una manera de determinar, pero igual sigue siendo polémico.
Sí, es polémico. El tema científico es un tema mucho más complejo que tendría que abrirse el debate y tendrían que participar médicos, biólogos, especialistas, yo no soy una experta, no podría.
Los provida tienden a ser religiosos y es difícil discutir con ellos.
Claro, pero yo misma soy creyente, y estoy convencida de que las creencias son un tema personal, no son un tema del Estado, un tema público.
Claro, pero ellos dicen que chocas con la vida de otro ser.
Claro, pero al mismo tiempo están a favor de la pena de muerte, y ahí no les importa la vida de otro ser.
Terminando… ¿cuáles son tus propuestas?, ¿qué harías si llegas a ser congresista?
Fiscalizar el cumplimiento de protocolos y de normas que protegen a las mujeres. ¿Qué está pasando con el Ministerio del Interior?, ¿qué está pasando con la Policía Nacional? Falta capacitación, falta empatía. Me interesa también el tema medioambiental, la resistencia frente al cambio climático. Me interesaría promover la Ley General de Ordenamiento Territorial, que es una ley imprescindible para saber en qué lugares del Perú se puede realizar acciones, e industrias de un tipo o industrias de otro tipo, o actividades extractivas, por ejemplo, minería, en qué lugares del Perú se puede sacar petróleo, y en qué lugares no, porque alteraría la biodiversidad. Tengo otras propuestas, como la Ley de Identidad de Género, para proteger a las personas trans. Por otro lado, la propuesta de ley de despenalización del aborto en caso de violación sexual.
Ahora sí, la última pregunta. Hablando de tu obra artística literaria… en los años recientes has publicado ensayos sobre todo.
Sí, no he publicado mucha creación. He publicado un libro que se llama Las muchachas malas de la historia, y he publicado otros libros que son más bien estudios sobre las mujeres y los conflictos ecoterritoriales y otro sobre las mujeres indígenas y el cambio climático.
¿Y dónde quedó la poesía?
Yo escribo siempre, tengo ahí tres libros de poesía, y bueno, no los he publicado, pero, en cualquier momento los publico.
Empezaste a escribir a los 13, creo.
Sí, a los 13, sí… y no terminaré nunca, hasta el último suspiro (risas).
Muy buena entrevista, felicitaciones a ambos,sólo falto la despedida de agradecimiento a la entrevistada.