“ME GUSTA SACARLE UNA SONRISA A LA GENTE”

Hace unos días, pudimos charlar con la deslumbrante actriz Fiorella Rodríguez, quien nos habló sobre su papel en la obra Fantasmas, en el teatro del Centro Cultural CAFAE-SE, donde interpreta a dos variopintos personajes, que son, además, polos opuestos. También nos contó cómo fue su infancia, su ingreso en el mundo de la actuación y sobre su actual relación con un joven modelo español. Esta fue nuestra conversación. 

Fiorella, es un gusto verte en el teatro de nuevo.

Sí, regreso al teatro después de la pandemia, estoy supercontenta.

¿Desde la pandemia?

Claro, estuve en la obra Todos mis miedos, de Jimena Del Sante; luego hice microteatro en febrero (2020), luego vino la pandemia, y ahora ya podemos regresar todos a los escenarios, y con una comedia, que es el género que más me gusta.

Ya han estrenado, ¿qué sensación tienes ahora que has vuelto?

Es un guion delicioso, un personaje servido, muy libre, se me permiten muchas licencias, el director me permite jugar con mis compañeros, tengo una libertad absoluta en escena.

¿Es una comedia de terror?

Es una comedia. Tres personajes muy distintos se quedan varados en una casa abandonada en medio del bosque, y se encuentran con dos cuadros con los lienzos en muy buen estado, pese a que la casa se está cayendo a pedazos, y esos cuadros tienen que ver con nosotras. La obra nos permite hacer dos personajes a Caroll (Chiara) y a mí.

Encarnas a Toña…

Y a María Antonieta.

Una vez dijiste que para ti actuar es una delicia… ¿a qué sabe o qué sensación te ha dejado el personaje de Toña?

Es que es libertad absoluta. Desde que hemos estrenado, todas las noches Toña es muy distinta. Se burla mucho de sus compañeros.

Aparte del teatro, sabemos que este año vas a aparecer en algunas películas.

Sí, acabo de terminar de filmar Un matrimonio inesperado, con un elenco muy bonito: Renzo Schuller, Pati Portocarrero, Korina Rivadeneyra, el chato Castañeda, Miguel Vergara -muy divertido, mi partner en la película-. Se estrena en el segundo semestre de este año. En julio arranco una comedia familiar, una película llamada Vaguito, donde el personaje principal es un perro. Así que muy contenta te digo que este año hay cine, teatro y televisión, y no puedo estar más feliz, me llena de ilusión.

En la telenovela Girasoles para Lucía (1999) encarnó a Vilma Santamaría del Castillo

¿Qué inquietud llegó primero a tu vida?, ¿la inquietud por la actuación o la vocación por la psicología?

Yo ya estudiaba Psicología cuando se me presenta la oportunidad de estar en los medios. De chica estudiaba música, me gusta mucho la música, estudiaba piano, guitarra, órgano; pero, en un fin de semana cambió mi vida: un viernes me llamaron para un casting, fui, sin saber mucho, pero con actitud, y me escogieron, y para el lunes yo ya estaba actuando en una novela, y ahí nada más me convocan para conducir, y a la par era conductora y actriz. Y, como me apasiona el tema, dejé los estudios, dejé mi trabajo, y me metí de lleno a actuar.

Fuiste convencida de que ibas a pasar el casting… ¿qué te dio esa convicción?

Estaban buscando un rostro nuevo que se quedara con el protagonista, con Javier Echevarría. No sé si estaban urgidos de actriz o si algo vieron en mí. Yo estaba segura porque considero que las piezas no están de manera gratuita, en esta vida, en este tablero que todos tenemos, nada es gratuito. Yo desde los seis años estudio música, siempre he querido estar relacionada al arte. La vida me llevó a trabajar en un restaurante donde iba gente muy ligada a la televisión, y yo sentía que poco a poco me acercaba al medio en el cual yo quería estar, no era necesariamente la televisión, pero yo quería interpretar, estaba en el teatro desde chica, y quería interpretar. Siempre estuve convencida de que yo iba a estar en algún lado interpretando algo, y como considero que las cosas aparecen por algo, cuando apareció el casting yo iba a aprovecharlo.

Empezaste en televisión, pero el teatro te da otra cosa.

Totalmente. He tenido la suerte de trabajar en el teatro con dos grandes referentes: Lola Vilar y Ricky Tosso, la mejor escuela que he podido tener. El teatro es un ejercicio alucinante, nos permite seguir formándonos noche a noche; pero el teatro con ellos era particular, había mucha improvisación por parte de ellos, para “escuelearnos”, pasaba de todo, y había que resolverlo en el momento, y eso te hace aprender.

Hablemos de cine. Tú has estado asociada a una empresa que hace cine…

Estaba, con Big Bang, con Sandro (Ventura), con Adolfo (Aguilar), he estado mucho tiempo ahí, como actriz, he tenido la suerte de producir también un par de películas. He hecho algunas películas con ellos y otras fuera de Big Bang. Tener una empresa que se dedica a hacer cine fue alucinante para mí como actriz.

El cine peruano ha sido criticado por no arriesgar y no salir de la comedia en estos años.

No necesariamente las comedias tienen que funcionar. El “boca a boca” es lo que hace que tu película perdure en el cine, por eso se pide mucho apoyo en la primera semana. La historia es la que hace que tu película se mantenga, o no, en sala, y un buen tráiler, los gringos son maestros para hacer buenos tráileres. Hay mucho cine de terror acá, Dorian y Chichi Fernández son dos maravillosos hermanos que hacen mucho cine de terror, un género al que le va muy bien. La comedia no debería ser minimizada, hacer reír, encontrar un buen guion de comedia, es cosa seria. He tenido la suerte de trabajar con Ani Alva, directora de No me digas solterona, y es estupenda haciendo comedia, y hay una comedia de ella ahorita en cartelera. Cuando se estrena una película peruana, no hay que apoyarla porque sea peruana, hay que apoyar al buen cine que también es peruano, hay películas muy buenas.

Por otro lado, hay gente que dice “no, son puras comedias”, pero cuando sacan una película “de autor”, tampoco van.

Claro, y pospandemia, (la comedia) es un género que funciona bastante bien, la gente quiere relajarse y estar bien.

En una entrevista contaste que ganaste una medalla jugando ping pong en un campeonato…

Por supuesto, tercera en Adecore. Me encanta el ping pong, mis saques son fulminantes.

¿Es cierto que tu padre vio en ti al hijo que nunca tuvo?

Sí, claro, desde chica: íbamos al estadio, yo llevaba el cabello corto. No sé si por eso puedo decirte que soy una mujer bastante práctica; no me demoro en vestirme, no me gusta mucho ir a comprar, me enferma ir a una peluquería, mis amigas me llaman “aburrida”, “contigo no se puede ir a comprar”.

Te han educado así.

Sí. Nunca he tenido muñeca, no porque no me la hayan podido dar, sino porque no era mi juego; mis juegos eran que me subían a un micro y me decían “en media hora nos vemos en la casa”, y tenía que ver qué carro tomaba, la 73, la Chama…

¿Qué edad tenías?

Yo era chica. Claro, mi viejo me vigilaba, yo tenía 12, 13 años. A mí me han “escueleado” a ser ágil, a tener un sol en el bolsillo, para en una emergencia llamar a alguien.

¿Cómo fue la relación de tus padres?, ya que se llevaban 20 años.

Espectacular. Mi viejo era 20 años mayor que mi mami. Un matrimonio que duró casi 50 años, que terminó físicamente con la partida de mi padre. Un matrimonio hermoso. Yo tengo una relación con un chico bastante menor que yo, y son libres de opinar. El tema de la edad nunca fue un tema tabú en mi familia, y yo he visto cómo una pareja dedicada triunfa en el amor. Nada te garantiza que una relación fracase o perdure por la edad, son otros factores.

Junto a André Moyo y Caroll Chiara en la divertida obra teatral Fantasmas (fotografía: Giancarlo Tejeda)

Dijiste que para ti las emociones deben ser desbordadas.

Totalmente, soy una mujer de emociones desbordadas, y me gusta mucho eso también en las personas que comparten conmigo, no me gusta sacar palabras con cucharita a la gente, me gusta sentir la risa, sentir el llanto, sentir el abrazo, sentir el amor, y expresarlo también.

Lo dijiste en una entrevista reciente, hablando de tu relación actual…

Sí, es muy lindo compartir con una persona que tiene tus mismos valores, tus mismos principios, pensamientos similares, como te lo estoy diciendo, no callarse los sentimientos, ponerle onda a cada segundo.

Lo que se ve en la primera impresión es que es un chico muy tranquilo, y tú dices que no te gusta sacarle las palabras con cucharita a la gente…

Que una persona sea tranquila no quiere decir que sea inexpresiva o callada. Es superpositivo, tiene una vibra hermosa, tiene una luz bien bacán, y eso es chévere porque yo también soy superoptimista. Es muy risueño, detallista, considerado. Viene a acompañarme a todas las funciones, ayuda a armar… cosas que no le corresponden, pero, para él mis proyectos son tan importantes como para mí.

¿Y qué admiras tú de él?, ya que, si él está tanto atrás de ti… tiene una vida también, ¿no?

Claro que sí. Él es modelo en España hace más de siete, ocho años, se encarga de marketing digital también, tiene un trabajo presencial. Cosas locas del destino, nos conocimos por Instagram, yo fui para allá por un trabajo equis, regreso y, pues, se formó una química muy bonita, alguien tenía que dejar algo. Alguien te puede decir “te quiero”, “te extraño”, pero que agarre sus maletas y cruce continentes, me dijo mucho de él. Lo bueno es que el marketing digital lo puede hacer desde aquí, y ya está acá muy bien ubicado en el modelaje. En tan poco tiempo, no puede haber ido mejor.

¿Qué te ha enseñado o aportado él?

Yo guardo lindos recuerdos de todas las personas que han pasado por mi vida, mantengo una relación hermosa con esas personas, rescato lo positivo. Iván tiene un corazón muy bonito, me hace querer ser mejor persona cada día. Hay mucho cuidado, mucho respeto en la palabra, en la acción, en ayudarnos. Así como él viene al teatro a verme todos los días, yo estoy en primera fila cuando él desfila, con una cara de embobada tremenda. Admiro su trabajo, su forma de pensar, de avanzar, la forma de decir “vamos con todo”, y de decir que las cosas se pueden realizar, y, así sea con miedo, hacerlas, y seguir avanzando, que nunca es tarde para nada, y eso es chévere, ambos nos empujamos en un bonito camino.

Tú eres una de las figuras más carismáticas de la televisión peruana, siempre muestras optimismo, empatía; pero, cómo te recargas, ¿te permites estar melancólica alguna vez?

Claro, soy artista, imagínate, tenemos una cuota alta de melancolía. Soy una persona que siempre ha tenido un positivismo muy marcado, desde muy chica, me acuesto con una sonrisa, agradeciendo por lo que sucedió en el día, y me despierto con la ilusión de que algo bonito va a pasar. Así es como estoy todo el día de buen ánimo, y esperando que algo bonito suceda, y, aunque te suene romántico, siempre estoy esperando a cruzarme con alguien y sacarle una sonrisa, o que me la saquen a mí, o encontrarme con alguien que no veo hace tiempo, o simplemente que en el día te vaya bien. Siempre mantengo esa ilusión de que algo bonito va a suceder. Soy melancólica, claro que sí, pero también… me gusta que todo se hable en la medida justa, sin exagerar ni minimizar, trato de no quejarme por tonterías. Tenemos obstáculos y posibilidades de resolver cosas, no la pasamos tan mal, hay gente que sí tiene problemas realmente, no hay que ser osados y sentarnos en una silla que no nos corresponde, uno se queja de que no tiene zapatos, y hay alguien que no tiene un pie, hay que dejarle los días de mierda y preocupaciones a quien realmente tiene problemas.

Siempre mente positiva es tu actitud.

Sí, no es que mi vida sea hermosa, paso momentos complicados, y es bueno desfogarse y llorar, pero teniendo un reloj al costado, porque tampoco te la puedes pasar llorando o lamentándote, hay que estar conscientes del tiempo.

La comedia Fantasmas se presenta en el Centro Cultural CAFAE- SE (Av. Arequipa 2985, San Isidro).

Funciones: de viernes a domingo a las 8 p. m., hasta el 21 de mayo.

Entradas en Joinnus y Atrápalo. 

Entrevista: Giancarlo Tejeda y Evelyn García Tirado

Fotografía de encabezado: Giancarlo Tejeda

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