Nathalia Aragonese es una actriz chilena que nos visitó en la reciente edición del Festival de Cine de Lima, en donde se presentó la película Cabros de mierda, protagonizada por ella, cinta que narra un capítulo oscuro del país sureño: la dictadura de Pinochet. Aquí les va entonces esta entrevista que se nos quedó en tintero, acerca de una película que está conquistando varios festivales de cine en el planeta.
Nathalia, cuéntanos de “la francesita”, tu personaje en la película Cabros de mierda.
“La francesita” está inspirada en las mujeres de la época de dictadura en Chile, que eran las que, específicamente en las poblaciones, se organizaban para cosas tan básicas como alimentarse; eran las que generaron las ollas comunes, y fueron también la base de la resistencia social en la dictadura. Nunca se había tratado el tema desde el lugar de las mujeres, y en la película ves a una persona que termina siendo líder por un instinto natural de supervivencia, este rasgo humano que aparece en los momentos más difíciles, no tanto por una ideología o doctrina política, sino por supervivencia básica, de la familia, de las madres, de las hijas, de las personas. Es como una heroína natural.
Muchas mujeres se pueden identificar con ella.
Sí. Además, viaja por muchos estados, como la vida misma, es una mujer que va viviendo “a concho”, y en medio de un contexto totalmente difícil; tiene una necesidad y una pasión, de vivir su sexualidad plenamente.
¿Cómo podría interpretar la frase “a concho”?
Ah, es como “hasta el final”, “mucho”, “con todo”.
A propósito de jergas, quizá te han comentado que acá en Perú “cabros” no significa lo que en Chile.
Ah… sí, allá son “chicos”, “niños”; y “de mierda” también es un dicho que significa distintas cosas, depende de la entonación, puede ser visto como enfado con estos niños, o al revés: algo cercano, amoroso; yo puedo decir “estos cabros de mierda” con ternura, con amor.
Es una película histórica, ambientada en los años ochenta.
Sí.
Y, se refiere a los niños, a los jóvenes, ¿o es ambiguo el título?
Trata de abarcar a distintas generaciones al decir “cabros de mierda”, son los grandes y los chicos.
En una entrevista declaraste que este personaje te caló mucho.
Sí. No suele pasar que un personaje tenga tantas aristas tan profundas, que vayan de lo político, de lo social, de lo humano, lo espiritual. Es un personaje que contiene mucha información de rasgos culturales de nuestro país. Como te decía al principio, es una heroína natural, una mujer con una valentía y una generosidad admirables.
¿Es la primera película en la cual participas?
No, pero es mi película más importante, es mi primer protagónico en cine.
Hablando de la historia de Chile, ¿crees que tu país ha aprendido después de una dictadura tan larga?, ¿cómo ves a la sociedad, a las instituciones, al país en general?, ¿crees que han logrado madurar?
Es muy difícil, porque… la gente tiene opiniones políticas por diversas razones; hay opiniones que son heredadas, y otras que son investigadas, y es muy preocupante cuando las miradas políticas son heredadas, es súper peligroso, porque lo que estás haciendo es anular tu capacidad crítica de observación y de autoanálisis; y pasa mucho en Chile, que porque tus padres, tus abuelos y bisabuelos fueron de derecha, los nietos siguen siendo de derecha, y al revés. Es necesario cortar con eso, y que uno se interese en la historia de nuestro país y saque sus propias conclusiones. En mi familia tengo de izquierda y de derecha, y fue tanta la información que recibí cuando chica que yo dije “bueno, esto lo tengo que ver con mis propios ojos”, y es bastante fácil darse cuenta, hay que ser un poco sensible para darse cuenta de lo justo y de lo injusto.
¿Cómo te has dado cuenta?
La lucha política en mi país tiene que ver con el equilibrio de los recursos económicos, es como la pelea del generoso y el egoísta. Quienes están más aliados a un sistema político-económico capitalista y de derecha, es porque hay recursos que quieren conservar, y porque no están dispuestos a generar un equilibrio en un país, entre las personas, versus lo que están a favor de generar equilibrio, de generar derechos, de proveer cultura a un pueblo, educación, salud. Esas son cosas básicas. No puede ser que hoy en día, con la cantidad de recursos que existen, exista la pobreza, la pobreza no es una falta de recursos, la pobreza es una mala administración, y mientras la política no modifique esa mirada, las diferencias sociales van a existir, cuando es muy posible hoy día que esas diferencias no existan, por lo menos en lo básico, si tú quieres el lujo, puedes pagar por tu lujo, pero hay cosas básicas que son derechos humanos, que no resisten mayor análisis, y eso es lo que hoy es necesario.
¿Quién dirigió Cabros de mierda?
Gonzalo Justiniano.
¿La película ya fue estrenada?
Se estrenó en Santiago en agosto del año pasado, y estuvo cinco meses en cartelera, eso es impresionante. El estreno internacional fue en el Festival de Cine de Roma, en Italia, donde nos fue maravilloso, fue realmente impactante lo que sucedió; en la presentación a la prensa, los periodistas, que casi no pueden hacer ninguna manifestación a favor ni en contra sino que tienen que ser neutros, terminaron aplaudiendo por muchos minutos la película, fue bastante impactante para nosotros, no íbamos preparados para eso, fue increíble.
La película es un drama, y hay mucha violencia.
Y hay mucho humor también, es como esas películas que te hacen viajar por distintas emociones, termina la película y es como si hubieses salido de una montaña rusa. La película provoca un efecto emocional muy grande, no quedas indiferente. Hay momentos en que la gente estalla en risa y termina devastada llorando. En Argentina y en Italia el recibimiento que tuvo, la conexión que tuvimos con el público, fue muy interesante y particular, porque ellos también tienen una historia bastante parecida a la nuestra, había vasos comunicantes que se generaron.
Se identifican porque Argentina, al igual que Chile, tuvo mucho tiempo de dictadura, ¿cuál es tu opinión de la dictadura de Pinochet?
Creo que la dictadura… (los ojos de Nathalia se humedecen y su voz suena entrecortada) provocó una herida –me da mucha pena- enorme; creo que es como si hubiesen tirado una bomba al país, y que la bomba atravesó no solo el territorio sino a las personas; siento que hizo un quiebre en lo cultural, y en lo cultural me refiero a la manera de ser de las personas. De los ochentas tengo el recuerdo de que en Chile no había el nivel de violencia que hay hoy, el nivel de frustración; en Chile, antes de la dictadura, el país tenía una proyección humana muy interesante, y la dictadura cortó un país que podría haber sido mucho más culto de lo que es hoy, un país más amable. La dictadura llegó con toda su fuerza y toda su violencia, eso fue lo que le transmitió al país, le dejó esa marca, una cosa muy dura, esta característica que es muy bruta de una dictadura, la dictadura es tirana, y esa característica mermó el país, dejó ese ímpetu tirano, que hizo también que en la sociedad se generaran tiranías y diferencia en lo laboral, en lo cultural, arrasó con todo lo cultural. Siento que no trajo nada bueno, esa es la verdad.
Aunque algunos la defiendan con el tema del orden económico.
Tú puedes lograr estabilidad sin matar, sin asesinar, sin tirar gente al mar, sin tiranía, sin dictadura… yo eso no lo concibo.
Muchos coincidimos en que lo mismo sucedió en los noventas acá en Perú con Fujimori, culturalmente fue un retroceso…
Sí, tremendo… ¡y la cultura es el alma de un país! Esa herida como intangible es muy potente, es muy fuerte. Prefiero vivir en un país culto que es un país en donde no me falte para comprar. Es que la dictadura fue muy tremenda, no solamente tiene que ver con el ímpetu con el que fue hecha, que fue con una arrogancia y una ignorancia tremenda, Pinochet era un hombre tremendamente ignorante, de un trato, de un modo de hablar que era tremendamente brutal y violento, y estuvo muchos años, entonces era inevitable que el país… siento que Chile se oscureció.
Casi 20 años, ¿no?
Estuvo 16 años.
Se oscureció Chile.
Sí, es como si hubiese quedado con el color del uniforme, gris, siento que le pegó el color del uniforme al país; y a la gente que lo defiende, realmente no entiendo qué es lo que defiende, porque se defienden cosas que tienen que ver con lo comercial, eso es una imposición, es que eso es algo más profundo, ahí ya nos metemos en temas más políticos, es más complejo. La dictadura no tiene razón de defensa, no hay cómo defenderla.
Ahora, todo eso no lo has vivido completamente, tú eres muy joven…
Yo no estoy de acuerdo con eso, sí lo he vivido, porque yo nací en dictadura, me crié en dictadura, y la etapa de crianza, de infancia en un ser humano, es lo que te marca muchísimo; yo nací, me crié, estudié en dictadura, y hoy vivo las consecuencias de la dictadura, por lo tanto, a mí, y a todos los que venimos de atrás y los que vienen por delante, nos marca.
Muchos descalifican a los jóvenes por no haber estado en las calles peleando contra un dictador.
Lo que ha sucedido hace 100 años, hoy lo estamos viviendo; las pirámides de Egipto también nos atañen a nosotros; la llegada del hombre a la Luna… Todo se relaciona, lo que está sucediendo hoy día va a permear en 100 o 50 años más adelante. Es imposible separar los eventos de la Humanidad, la Edad Media, el Renacimiento, la Prehistoria… hasta el día de hoy nos hacen eco. Entonces, algo que sucedió en mi país, que fue una dictadura que duró 16 años… es que, hasta el día de hoy vivimos con la misma Constitución Política que se hizo en dictadura.
¡Igual que acá!
¿Te fijas? Entonces, es algo que se sigue viviendo, ese engranaje existe, es algo que no ha terminado, la dictadura todavía no termina. Antes de yo venir acá, Piñera indultó a asesinos de la dictadura militar.
Volvamos al arte, tú eres actriz de teatro…
Cine, teatro y televisión.
Aparte del cine, ¿tienes algún proyecto para volver a la televisión o al teatro?
Siempre hago teatro, creo que el teatro es la base de un actor, un actor que entiende el lenguaje teatral es capaz de comprender cualquier otro formato. El cine me interesa profundamente, y lo vengo estudiando desde la actuación, porque son formatos absolutamente distintos, y los actores tenemos que hacernos cargo de comprender este nuevo formato. En Chile hace 20 años no se hacía la misma cantidad de películas que se están haciendo ahora, está en un gran momento el cine…
También gracias a la película Una mujer fantástica, que fue premiada.
A nivel internacional, sí, y le da una fuerza particular.
Pero ya ha habido muchas películas buenas.
Sí, y directores: Raúl Ruíz, el mismo Justiniano.
Incluso exportando directores, como Alejandro Amenábar.
Sí, Amenábar es chileno; Raúl Ruíz hizo mucho cine en Francia con una poética maravillosa.
Nos llevan ventaja a los peruanos, aquí no hay una industria del cine.
Bueno, en Chile también está incipiente, pero sí se generan miradas bastante particulares y maravillosas. Chile es muy particular, aparte de lo largo que es y que hace que cada región casi como que fuera un país en sí mismo; hay una producción artística maravillosa y muy heterogénea.
Nathalia junto al director y miembros del reparto en la filmación de Cabros de mierda
Creo que estás en el rodaje de una película.
Estoy en un proyecto de una película, un proyecto mío, basado en la novela de una escritora chilena, Diamela Eltit, mi escritora favorita. Estoy trabajando en el guión; la novela se llama Impuesto a la carne. Diamela me dijo que haga lo que quiera con su novela.
Eso es lo que se viene entonces.
También estoy terminando un cortometraje que estoy haciendo con mi pareja, el cineasta Rodrigo Susarte, que va a hacer una película que ganó en Sitges. Estamos trabajando un cortometraje que venimos grabando hace muchos años, y que sucede en el tiempo.
¿Desde cuándo?
Hace seis años.
Y lo graban a medida que pasa el tiempo, para que se note…
Sí. Es la historia de un padre con su hija. Estamos grabando a un hombre, a un actor que es mi padre, y el proceso está quedando muy interesante, porque es un hombre mayor, y quizá en mí no se va a notar tanto, pero en él es tremendo.
¿Ya tiene título?
Soldado perro.
Y seguramente vendrán más proyectos.
También estoy como productora de un documental, que es sobre Gastón Soublette, que es un hombre maravilloso, chileno, un ser fantástico, tiene 90 años, una de esas personas que hay que tomar y que ojalá mucha gente lo conozca; es poeta, músico, filósofo, ha estudiado mucho a la cultura mapuche y la cultura oriental, y lo que hace es un entendimiento de estas dos culturas, encontrando muchos puntos en común, con una mirada muy profunda, muy clara, y por eso le estamos haciendo este documental, es una de esas personas que son un aporte maravilloso a la sociedad.
Es un sabio.
Sí, exactamente, es un sabio, tú lo has dicho.
Para terminar, ¿es la primera vez que vienes a Lima?
Sí… ¡ah, perdón!, eso te iba a contar, que en la V Región de Chile, al lado de Santiago, hay dos comunas en las que no hay ninguna sala de cine, y el año pasado partí haciendo un festival de cine gratuito para la gente, sólo de cine chileno, y estoy trabajando para poder llevarlo a cabo este año.
¿Tiene nombre el festival?
Festival de Cine Chileno Limache-Olmué, que son estos dos lugares, dos comunas fuera de Santiago.
Bueno, ¿qué tal tu experiencia en el Festival de Cine de Lima?
Había escuchado que era un festival importante de Latinoamérica, y lo viví, se notan los 22 años de vida, en su organización y en la mirada que tiene, la cartelera, la selección de las películas. Es un trabajo importante, maravilloso y necesario. Los festivales son el gran espacio para el cine independiente, son como los lugares de resistencia del cine en relación a las grandes cadenas y a este mercado que tiene la industria cinematográfica de las grandes cadenas de cine en donde las megaproducciones se imponen y quedan fuera un montón de producciones que son tremendamente importantes, y ese espacio hoy día lo están liderando los festivales de cine en todo el mundo, por eso creo que son tan importantes.
Entonces ha sido algo…
Maravilloso, importante, y seguir teniendo la oportunidad de mostrar Cabros de mierda… estoy muy agradecida al Festival de que tenga esta mirada del cine latinoamericano.
(Fotografía de encabezado: CCPUCP)
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