Ana Moles es coach en sexualidad, una labor no tan difundida, pero cada vez más requerida por quienes desean mejorar ese aspecto esencial de sus vidas, y lo hace a través de su espacio llamado Escenarios InCómodos, con talleres, asesorías y el coaching. Sin tabúes ni prejuicios, esta especialista española nos explica en esta conversación por qué es tan importante una vida sexual sana, y nos da su punto de vista acerca del feminismo, de las creencias y de otros temas que están relacionados con el sexo y el comportamiento humano.
Ana, eres coach sexual.
Sí, sex coaching, coaching sexual, como sea más fácil de pronunciar.
¿Qué es coaching sexual?
El coaching sexual es un proceso de acompañamiento en el que yo, como coach, acompaño a una persona a alcanzar sus objetivos sexuales, un cambio en la vida sexual, generalmente por problemas que se quieren resolver.
Es algo nuevo en Perú, ¿hace cuánto tiempo estás acá?
Llevo aquí un año, y recién estoy empezando a trabajar como coach sexual. Sé que hay terapias de pareja, pero coach sexual no mucho.
Podría confundirse con el trabajo de los sexólogos.
La diferencia está en que el coach no diagnostica, no es médico o psicólogo, que puede serlo, pero en mi caso no es así. Lo que hago es acompañar en esos procesos, y desmitificar los mitos –porque hay muchísimas creencias respecto de la sexualidad que no son ciertas- y acompañar a las personas a darse cuenta de cuál es el origen de sus dificultades, y cómo pueden resolverlas.
¿Cómo ha sido tu formación para ser coach sexual?
En una escuela española que se llama EmocionArte, que tiene un acuerdo con la Federación Internacional de Coaching, y hay formación presencial y formación online; en mi caso, puesto que estaba en una ciudad pequeñita de España y no podía asistir, opté por la formación online, lo cual además me vino muy bien, porque a mitad de curso tuve que venir a Perú.
¿Cuándo viniste a Lima?
En 2016, y surgió la posibilidad de organizar un taller de eyaculación femenina, yo ya los hacía en España, sin gran repercusión, y aquí, del primer taller de eyaculación, salieron otros tres, y el último fue un evento de más de mil asistires, salió en prensa digital, llamaron de la televisión para hacer una entrevista. La respuesta del público fue desproporcionadísima en comparación con la repercusión que estaba teniendo mi trabajo en España. Vi una necesidad muy grande de las mujeres en Perú respecto del aprendizaje sexual. Lima es una ciudad inmensa, yo vivía en una ciudad muy pequeña en España, en España ya hay mucho volumen de gente trabajando…
Entonces, inicialmente no viniste para dar el taller de eyaculación femenina.
No, yo vine a visitar a unos amigos, y alguien se enteró… la amiga de un amigo de un amigo se enteró de que yo hacía talleres de eyaculación femenina, y posteó por Facebook: “Yo quiero mi taller de eyaculación femenina con Ana Moles”, y me puse en contacto con ella y le dije “¡organicémoslo!”.
¿Y qué tal estuvo?
Fue una primera experiencia preciosa. La organicé en el salón de la casa donde yo me estaba alojando; puse un aforo máximo de 15 personas y se apuntaron veintitantas, por eso salió un siguiente taller, porque había gente que se había quedado con ganas. El último taller lo hicimos en Demus, nos prestaron el espacio; fueron 50 mujeres, no había sillas para tantas, nos sentamos en el patio, llenamos el patio completamente, y fue superbonito, fue un momento muy poderoso, de mucha energía femenina concentrada y muchas ganas de aprender sobre sexualidad.
Ana dirigiendo un taller de sexualidad para mujeres (fotografía: Facebook de Escenarios InCómodos)
Parece que la anorgasmia femenina es un hecho común, ¿no?
Es un hecho común, y lamentablemente también es un hecho común que hayan pasado por agresiones sexuales, y también es un hecho común que, no solo que no disfruten en las relaciones sexuales, sino que sean dolorosas.
¿Hay mujeres se resignan a no tener orgasmos?, ¿por qué no tienen orgasmos?
Motivos para no tener orgasmos hay muchísimos. Pueden estar relacionados con cuestiones culturales, con la familia, con la religión, o con el miedo al embarazo, o puede producirse que simple y llanamente no les guste el sexo que tienen con sus parejas y no sean capaces de decirlo, o que no conocen sus cuerpos y no saben lo que les gusta y lo que no les gusta; o sea, opciones para no tener un orgasmo, hay infinitas.
Y las soluciones varían.
Claro, depende del caso. No tiene nada que ver una mujer que no tiene orgasmos porque no le está gustando la forma en que se le está estimulando o ella se está estimulando a sí misma, que la mujer que no tiene orgasmos porque tiene miedo al embarazo.
Aparte del tema fisiológico, está el tema psicológico… todo está entrelazado.
El coaching trabaja mucho desde las creencias. Hay creencias limitantes y creencias que te acercan a tu objetivo, y respecto a la sexualidad hay muchísimas creencias que son limitantes, derivadas de una educación opresiva u omisiva, en la que el sexo ha sido un tabú; por tanto, tú has aprendido de forma indirecta que el sexo está mal, y que hay algo mal en relación con esto, puesto que no se puede hablar del tema. Hay mucho trabajo que hacer, como ir cuestionando las creencias que hacen que no puedas disfrutar del sexo.
¿Sientes que has logrado, con tu labor de coach, hacer que las mujeres tengan decisión sobre su cuerpo?
Sí, pero en Perú todavía estoy como todavía en proceso. En algún caso la transformación se va viendo, es como evidente, y tiene mucho que ver con cada vez quererse más una misma y sentir menos la necesidad de gustar al resto, atreverse más a ser como una es, y si gusta, me gusta, y si no me gusta, no me gusta, y no tiene por qué gustarme porque tú quieras esto. Pero, necesito mucha seguridad en mí misma, que no tenía, para poder decir: esto sí, esto no.
En uno de los talleres gratuitos realizados en el malecón (fotografía: Facebook de Escenarios InCómodos)
A la mayoría de hombres parece gustarle las mujeres sumisas en el acto sexual, tiene que ver con la pornografía mainstream, ¿no es que a las mujeres también les gusta eso en el sexo?
No creo que a la mayoría de hombres les guste el sexo en donde ellos dominan la situación; otra cosa es que la mayoría del sexo sea así, pero no necesariamente están disfrutando que eso sea así, porque se repiten los patrones que se aprenden; las relaciones, para las mujeres, se aprenden en Disney; las relaciones, para los hombres, se aprenden en la pornografía. Entonces, ella busca el príncipe azul, y él busca la tía que consiga metérsela hasta la garganta; ahí hay un juego entre: tú quieres que yo me la meta hasta la garganta y yo quiero que tú me cuides y me protejas, pero eso no significa que estén disfrutando de eso, sino que esos son los referentes que han aprendido, y muy probablemente están insatisfechos, ambos, con la situación, pero no son capaces de salir de ahí; de ahí que el coaching trabaje en las creencias.
Hay mucho machismo, y muchas mujeres son machistas también.
Todas las personas son machistas: hombres, mujeres, niños, ancianos. Todos somos machistas, porque todos vivimos en un sistema patriarcal que nos oprime; todos, hasta la más feminista es también machista. El feminismo consiste en darte cuenta de que eres machista y dejar de serlo, tratar de dejar de serlo. Tú eres machista, yo soy machista, todos los somos, porque decir que no lo eres en realidad básicamente lo que significa es decir que no sabes en dónde estás siendo machista, pero todos vivimos metidos dentro de un sistema machista. Es un ejercicio el darte cuenta dónde está el machismo para tratar de deshacerte de él.
¿Y cuál sería la solución entonces?
Tomar consciencia.
¿Nada más?
No, claro, se empieza por tomar consciencia, y una vez que eres consciente de “esta decisión no la estoy tomando porque yo quiero, sino porque es lo que se espera de mí”. Por ejemplo: “Voy a depilarme, o no, los sobacos, o las cejas… ¿lo hago porque quiero, o lo hago porque la sociedad me lo exige?” Es una pregunta que no nos hacemos, simplemente coges y lo haces y punto. Empieza desde ahí. La ropa que me pongo, ¿me la pongo porque me gusta o me la pongo porque es lo que se espera de mí?, ¿o me la pongo porque me tengo que tapar, porque si no los hombres me van a ver por la calle? O sea, machistas somos todos.
¿Con el coaching intentas cambiar eso?
Mi trabajo no consiste en convertir en feministas a la gente o en quitarles su machismo; mi trabajo consiste en que su calidad de vida y su sexualidad sean mejores, y, la mayoría de las veces eso pasa por deshacerse de muchas creencias que se nos han impuesto, desde el machismo, desde el patriarcado, desde el capitalismo, desde la pornografía… Deshacerse de esas creencias y pasar a abrir la mente para poder ver más allá de las creencias que uno tenía inicialmente. Mi trabajo es liberarles de las creencias que oprimen su sexualidad, y las creencias machistas y patriarcales son muy opresoras.
¿Por qué es importante la sexualidad?
Gran pregunta… Primero, para saber por qué es importante la sexualidad, hay que entender qué es la sexualidad. La sexualidad, desde mi percepción, es la forma que tenemos de relacionarnos con nuestro propio cuerpo y con otros cuerpos, y los cuerpos son sexuados. El hecho de llevar el pelo largo o corto, o de vestirte con falda o no, o de sentirte atraído por un tipo de persona u otro tipo de persona… todo eso es sexualidad, y, por tanto, la sexualidad está en todo, está en todas las facetas de nuestra vida. Tener una relación sana con nuestro propio cuerpo y con los cuerpos de los demás es vital. Si tú no te sientes a gusto con tu propio cuerpo, difícilmente vas a poder enfrentarte a cualquiera de los retos de la vida.
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