«NO TENGO LA PRETENSIÓN DE HACER CINE ARTE»

Miguel Miyahira es un cineasta que hace unos meses estrenó Gen Hi8, película de corte underground que viene siendo exhibida en salas alternativas. En esta entrevista nos cuenta un poco de su experiencia como director de esta cinta que, con un estilo visual muy original, narra la historia de un grupo de adolescentes en la Lima los noventas. También nos da su opinión acerca del cine nacional, y expone sus perspectivas desde el punto de vista de un director de cine tratando de conciliar lo comercial con el cine de autor.

 

Miguel, cuéntanos, ¿qué es Gen Hi8?

Gen Hi8 es una película de enfoque low-budget, a nivel de producción, pensada para mercados underground, para distribuirse fuera del circuito comercial, en salas alternativas, internet, streaming y descargas, y con una temática adolescente, ambientada en el año 92. Cuenta la historia de unos chicos de entre 14 y 18 años, de barrio clasemediero, que van creciendo en un contexto social convulsionado, difícil, problemático, como era el Perú de ese año. El protagonista, Diego, es el menor del grupo, el nuevo del barrio; trata de madurar, pero en función a lo que el grupo y la sociedad le define lo que es ser hombre, siempre sometido a los paradigmas que impone el grupo adolescente, que está centrado en temas relativos a la diversión: la juerga, las fiestitas, las chicas, los videojuegos, el futbol, la música, el sexo, la etapa del despertar sexual. En ese sentido, es lo que se llama un coming of age.

Ese es su género, coming of age.

Sí, se podría traducir como “crecer”, “madurar”.

Una película de adolescentes.

Sí, de formación de identidad, y como dije, dentro de un contexto social especial, viviendo rodeados de una violencia política, social, de una inestabilidad económica, y este grupo tratando de encontrar la normalidad de la vida adolescente dentro de este mundo alterado y convulsionado. La película trata de generar autocrítica, reflexión acerca de la problemática adolescente que se veía en la generación de ese tiempo, pero que ha ido traspasando a generaciones, y aún se ven dichas situaciones: el bullying, el sexismo, el machismo, la discriminación, tanto racial o de clase, la jerarquización de acuerdo a quién es el que más pega, o el que tiene más plata, o al que le va mejor con las chicas. Un poco tratando de mostrar esa dinámica adolescente que funciona de acuerdo a sus propios paradigmas y prioridades.

¿Es tu primera película?

Es el primer largo que hago. Antes hice un corto, en el 2005, experimental. Fue el primer corto que se grabó con celulares acá, lo grabamos con celulares de esa época, con formato 3G, 15 cuadros por segundo, que tenía como strobe o comida de cuadros en el video.

¿Strobe?

O sea, eran 15 cuadros por segundo, entonces había como huecos, no era fluido el video. Fue un proyecto que se lo vendimos a TIM, en ese tiempo estaba la empresa italiana de telefonía, ellos eran auspiciadores del Festival (de Cine) de Lima, en ese tiempo tenía otro nombre, todavía se llamaba Encuentro Latinoamericano de Cine, o algo así.

¿Cómo se llamaba?

Mi Sol. Está en Youtube. Se grabó con ocho celulares, y en la edición se componían los ocho cuadros que formaban el plano completo. De ahí hicimos un corto a pedido para Nextel. Yo me dedico al audiovisual, campañas publicitarias, corporativos. A nivel de cine estos son los tres trabajos que he hecho.

Tú tienes tu empleo, tu chamba, con la cual sobrevives…

Claro.

Y aparte haces tu arte, que es lo que te gusta.

Trato de hacer proyectos de corte personal. Siempre me gustó el cine, por eso estudié Audiovisuales; y bueno, es muy difícil vivir solo haciendo cine. Trabajo en audiovisuales, para marcas, empresas. Cuando se puede trato de hacer proyectos cinematográficos, o en todo caso, de ficción, me gusta la ficción, no solamente el cine. Me gustaría hacer todo tipo de ficción: cine, series de tv, webseries, o series para celulares, lo que sea, siempre y cuando sea ficción. Me gusta la narrativa visual, utilizar el lenguaje audiovisual para contar una historia, eso es lo que me atrae.

Y el lenguaje visual que usas en Gen Hi8 se podría decir que es más o menos original, nuevo… es una pantalla, es un televisor dentro de todo el encuadre.

Sí.

Estás filmando a un televisor…

Sí (risas).

Que está contándote una historia.

Claro, a través del televisor se cuenta la historia. Uno de los lujos que te puedes dar haciendo un proyecto low-budget es que, digamos, tu lenguaje audiovisual no se tiene que vender a requisitos comerciales, a estilos de narrativa visual que se acomoden a formas digeribles, fáciles, masivas, fórmulas visuales que funcionen a nivel comercial. Nos permitimos ser más expresivos en el lenguaje visual, los subtextos de nuestra historia se encuentran a nivel visual, tratando de decir mensajes alternos, paralelos; por ejemplo, lo del televisor, esta idea de jugar a que no veas una película, sino más bien te sientes a ver unas memorias de una época, de una época histórica y de una época personal, los recuerdos de un adolescente de los noventa, porque lo que buscábamos era trabajar esta crítica a partir de nuestras propias experiencias, a partir de lo que nosotros fuimos, por eso jugábamos siempre a esta idea de trabajar sobre la idea de las memorias, y el televisor nos ha ayudado un poco a eso, a sentarte a ver memorias grabadas en un tape antiguo que registra eso precisamente.

¿Y tú hiciste el guión?

Lo hice con un compañero, con Feña Ureta, entre los dos fuimos escribiendo el guión.

El guión técnico.

El guión literario.

Y después también todo lo visual.

Lo visual ya era más mi responsabilidad, yo planteé la parte visual, siempre conversando, consultando las ideas con mi equipo, con Feña.

Preguntaba porque, como dices que hablas de las memorias, quizá hay por ahí una anécdota que te sucedió a ti, o parecida, o alguna cosa que conoces; o sea, me imagino que te has inspirado…

Por ahí hay cosas bastante comunes en la vida adolescente: el campamento del fin de semana, el quinceañero. Hay ciertas situaciones un poco más extremas que se tocan en la película, o más particulares. No necesariamente las viví yo, pero sí las escuché, me las contaron, o las leí en relatos, historias reales, o crónicas, artículos periodísticos. Pero sí hay un poco de lo que sentí, de lo que viví, de lo vi, de lo que escuché, en el guión; pero tratando de encontrar esos puntos comunes para todos los grupos adolescentes de clase media, digamos, de barrio.

Tú, en el año 1992, ¿qué edad tenías?

14.

Cuando vi la película fue como un viaje en el tiempo. Me imagino que mucha gente que también bordea los 40 años puede haberse sentido identificada y puede haberte comentado algo, ¿recuerdas a alguien que te haya dicho algo así?

La identificación con la película se está dando en diferentes dimensiones, digamos, de diferentes puntos o enfoques. De todas maneras, una identificación generacional la está sintiendo público de 30 para arriba, que sí al toque se identifica con situaciones o lugares o formas de hablar, o hechos históricos, la moda, no sé… los gadgets tecnológicos. Es un comentario que siempre sale en las funciones. Pero también hay una identificación desde los adolescentes, porque la peli la han podido ver chicos de 15 años, universitarios, exuniversitarios, egresados recientes, gente de 15, 18, 20, 25. Y las situaciones adolescentes siguen siendo comunes en las generaciones, ¿no?

A pesar que algunos comentan que los llamados millenials tienen otras características en general, no sé… su psicología, la tecnología, todo, diferentes que los que llaman Generación X, que es donde está ubicada la película.

Hay ciertas diferencias de formas, pero en el fondo las problemáticas son las mismas. El bullying antes solo era presencial, era muy difícil hacerlo on-line, digamos, ¿no?, pero ahora se extiende a lo digital, y sigue siendo eso, sigue siendo fastidiar, fregar, abusar del que consideramos más débil, o diferente. El sexismo es igual, se manifiesta a través de medios más modernos, pero el trasfondo sigue siendo el mismo, la discriminación racial o de clases también sigue estando ahí. El desenchufe por la realidad social, política, económica que tiene un adolescente, y que es normal, pero, ¿hasta qué punto puedes vivir en esta burbuja en donde lo único que importa es divertirnos, pasarla felices y contentos como única prioridad de vida, no?

¿Tienes otros proyectos en ficción?

Sí, hay ideas, hay un guión que está terminado mucho antes de Gen Hi8, es otro tipo de proyecto a nivel de producción, una producción grande, cara, que no sé en qué momento se pueda hacer, todavía lo veo muy lejano. Probablemente hagamos primero una bajada a cómic o manga, y ver de ahí cómo a través de eso se puede llevar a película. Pero sí hay otras ideas que quiero desarrollar este año, de películas, de largo.

Y de la que es costosa… no quieres adelantar mucho, pero me suena como ciencia ficción.

Es histórica, ambientada a fines de 1800, en el Callao. Habla del desarrollo de la identidad del peruano en ese tiempo, del individuo, que va creciendo y va madurando; todavía está todo en papel. También escribiré otro proyecto más realizable, igual, histórico, de época, ambientado en dos mil años.

¿Dos mil años atrás?

Sí, en el norte de Perú. Hay cosas, hay ideas, hay intereses por hacer.

Volviendo a Gen Hi8, has estado proyectando la película en centros culturales y salas de cine alternativo en Lima, ¿y también en otros lugares fuera de Lima?

En provincias, no. Lo bacán es que hemos podido movernos bien en Lima, hemos estado en Lima Norte, Lima Sur, en Breña, Lince, Barranco, Chorrillos, Miraflores; hemos estado en instituciones educativas, centros culturales, bares, en ese tipo de centros que mueven un poco la movida cultural, en algunos mezclando función con tono noventero, o con un conciertito de theremin, un poco complementando la actividad cultural. En algunos sitios es ingreso libre; en la mayoría sí hemos estado cobrando una entrada económica, entre cinco y ocho soles. Y bien, a pesar de que somos una producción pequeña, que no tiene recursos para invertir en publicidad, difusión, igual las funciones se han estado dando y llega gente.

Sí, incluso vi que en Villa María del Triunfo ganaron un premio.

Sí, en el Festival de Cine Comunitario de Villa María del Triunfo y Lima Sur. Es una iniciativa superinteresante, toda una semana de actividades en Lima Sur; entonces, con películas, cortometrajes, hay muchos talleres, con escolares, universitarios. Pudimos ganar la votación online, había dos categorías a Mejor Película: votación presencial durante las funciones, esa la ganó Pacíficum, el documental; y en votación online ganamos nosotros, un premio lindo, un Torito de Pucará.

Quizá por el hecho de que ustedes apuntan más a lo digital, a otros medios alternativos, ¿no?

Claro. Ahorita estamos en Cineaparte.com, ahí se puede ver la película online, y el documaking, que es como un documental-making del proceso, con un enfoque un poco más divertido, enfocado en la parte anecdótica de los problemas de grabar en low-budget, con escasos recursos.

¿Has intentado o se te ha ocurrido intentar con las salas comerciales o todavía no?

Mira, sinceramente, el proyecto cuando se armó no tenía eso como norte. No somos puristas, “¡ah, no yo soy underground!, ¡yo odio lo comercial!”, no, para nada. Sin embargo, sabemos que es muy difícil que una película de este corte entre a distribución comercial. Si eso se da, se da; si a alguien le interesa moverla por ahí, y nos jala y nos lleva, bacán. Igual, distribuir en sala es también una inversión, tienes que invertir, no sé, 20 mil dólares, en difusión, prensa, publicidad, porque sino entra a la sala a estar una semana, ¿no?, no tiene mucho sentido. Incluso las salas te cobran un feed por uso de la sala.

¿Eso es un cobro…?

Es un cobro que está entre 600 y 700 dólares. Salvo que venga a alguien y te diga: “Yo voy a invertir toda esa plata y la metemos a sala comercial”, ¡ya!, ¡yo encantado! Pero, mientras esa realidad no se dé, vamos a seguir con el enfoque que ya tenemos, que es alternativo.

Que también demanda tiempo, inversión…

¡Claro!, de hecho, es su chamba porque hay que ir a las funciones, hay que organizarlas, hay que estar, cobrar.

Tu película, Gen Hi8, tiene una calidad de imagen…

Es lo-fi, está grabada en Hi8, la cinta casera de video de los noventas, que eran estas cámaras handycam que uno tenía en su casa. No eran tan baratas como ahora, ¿no?, pero fueron las primeras cámaras que pudieron entrar a una casa normal de familia. Antes de eso tenías tu camarota VHS, grandota, que costaba mucho más y que muy pocos tenían. El Hi8 fue la primera tecnología de video casero que llegó a masificarse. La película está grabada en ese formato, igual está metida dentro de esta tele, por lo tanto, ese plano externo del televisor está en Full HD, a pesar de que el material original es VCD, ¿no?

¿Ese es el efecto que se quiere dar?

Sí. Igual, como no queríamos para nada esconder la textura cruda, media casera del Hi8, no nos preocupaba tanto que el grano se reviente, o que se pixelee. Sigue siendo un pixel analógico, más es un grano que un cuadrado, un pixel digital.

¿Hay casos similares en el cine actualmente?, ¿películas lo-fi?

Bueno, sí, hay casos muy exitosos. Actividad paranormal, por ejemplo, y es una peli que costó 15 mil dólares hacerla, y generó 30, 40, 50 millones de dólares, y de ahí sacaron la 2, la 3, la 4 y la 5. Hay otros casos de películas grabadas con lo-fi, ya más dirigidos o consumidos en mercados superunderground. Hace poco también salió una peli, VHS, creo que era de terror, una película gringa.

Recuerdo Videofilia, no sé si la viste.

Claro, la peruana, sí.

Que tiene… no es Hi8, pero tiene una calidad de imagen…

Claro, trabaja mucho el glitch, mucho de eso generado en post. No sé exactamente si han grabado con cámaras lo-fi o si después le han dado la textura y el look lo-fi. En todo caso, sí, trata de tener esa estética casera, cruda, y por lo tanto, realista. Es un poco la sensación que te puede generar ver una cinta así, casera.

¿El fin de tocar el tema de la violencia en el Perú  en tu película fue en beneficio de la historia o tú sentías la necesidad, el compromiso, de dar un mensaje, de recordar, la memoria?

Hay una intención dar un mensaje, no solamente del terrorismo. No hemos tratado de meter los temas porque sentimos una necesidad moral de hablar de eso, ni meterlo forzadamente. Me ayudaba a generar ese contraste o ese contrapeso con ese mundo adolescente relajado, ensimismado en la diversión, como viviendo otro mundo, un sueño dentro de una pesadilla. La intención era generar esta autocrítica de decir: mira, yo fui ese adolescente, hoy yo puedo estar criticando la actitud de los chicos, desconectados de la realidad, pero yo me comportaba igual. Fuimos una generación que, a pesar que vivíamos rodeados de esta violencia política más extrema que ahora, igual, con nosotros mucho no era, ¿no?, no era que estábamos todos los días preocupados de la realidad. La verdad, a mí me interesaba más el partido, o el quinceañero del fin de semana, o el último cassette de Guns and Roses. No solo está el terrorismo, está la inestabilidad económica, la protesta, los despedidos, el tráfico, lleno de combis y micros, desordenado, calles sucias. Necesitábamos ese contrapunto de la problemática del país, para marcar un poco ese contraste o ese desfase de prioridades de vida o de interés en los chicos.

¿Cuál cine consumes más?

Me gusta un poco todo. No soy un purista del cine underground. Me gusta el cine de autor, me gustan autores clásicos como Kurosawa o Bergman o Wells, o cine de autor actual, no sé… Wong Kar-wai, Jarmusch, me gusta mucho Harmony Korine, que es un cine un poco más… más caleta, digamos, que empezó haciendo los guiones de Larry Clark, que es otro director que me gusta. Pero también puedo disfrutar de ver Avengers. Obviamente no busco lo mismo en ese tipo de películas, voy con otras necesidades por suplir; de niño me gustaban los Transformers, Marvel, Spider Man, o Superman, o pelis de ciencia ficción. Consumo mucho cine infantil por mi hija, y el cine infantil es de los géneros de cine comercial que mejor calidad está botando. Me gustan los documentales. No tengo un género en especial, me gusta desde el film noir, ciencia ficción, melodrama, policial, comedia.

Ahora que mencionaste calidad, te pido que seas un poco crítico, hablando del cine peruano: ¿tú crees que existe una calidad que dé esperanzas o prometa una industria?

Creo que el cine peruano, en varios sentidos, ha avanzado. En sentidos de producción y comercialidad y rentabilidad, en los últimos 10 años, ha habido casos de películas récord, ¿no?… Asu mare, Cementerio general… O sea, el cine comercial peruano ha mejorado, por números comerciales, y también creo por la calidad de sus producciones. El cine de autor también, hay pelis de autor buenísimas, la última, Wiñaypacha, y hemos tenido Días de Santiago, Madeinusa, La teta asustada, Octubre, El limpiador; cine de autor, directores, propuestas narrativas buenísimas, que así nomás no sé encontraban hace 20 o 30 años, creo yo. El número de películas ha aumentado porque la tecnología ha permitido democratizar un poco la producción. Sigue siendo un tema complejo, que el cine de autor tenga éxito o cabida en cines comerciales, eso sigue siendo una problemática, ¿solucionable? no lo sé. Creo que el cine de autor poco a poco tiene que encontrar sus propios espacios, ser consciente del tipo de película que uno tiene y ser consciente del tipo de público que va a sala comercial. Creo que si yo voy a hacer una peli de autor, tengo que saber que en la sala comercial, llevar un millón de personas, como lo ha hecho Asu mare, probablemente no lo logre. Ser consciente de qué es lo que quieres lograr con tu película: ¿yo quiero hacer plata?, ¿el éxito comercial?…

¿Tú quieres?

¿Yo?, todo, las dos, yo no me niego a… si un día puedo hacer una peli que genere un millón de dólares (risas), ¿por qué no?, yo no me quejo; si me cae la oportunidad de hacer una peli que me interese por su valor artístico o narrativo, y que básicamente vaya a circuitos underground, bacán. En cualquier caso busco que el proyecto genere rentabilidad; si es una peli underground, espero que genere rentabilidad underground; o sea, si invierto cinco mil dólares, hacer 20 mil, está todo bien.

¿Lo has logrado?

Bueno, vamos en ese camino, sabemos que ese es un largo plazo, que pasa por venta de derechos también. Ahorita la peli va a empezar a trabajar con distribuidor, que va a tratar de vender derechos de la peli para afuera y adentro. Seguir haciendo funciones…

¿Ya sacaron DVD de Gen Hi8?, ¿están en Pasaje 18 de Polvos Azules?

No, todavía, pero por ahí va la idea. Recién hemos empezado, tendríamos que tener un lote de DVD o firmar un contrato con ellos, porque ellos también te compran los derechos, te pagan un monto por un lote de mil. Todavía no me he sentado a negociar esas cosas, estamos yendo paso a paso. Lo primero que estamos haciendo es tratar de trabajar funciones, que el “boca a boca” nos ayude a llevar gente al online, tener funciones más grandes, tratar de meter el “merch” y el DVD lo más que se pueda, entrar a ferias en donde se venda solamente “merch”, venta de derechos… Estamos organizando talleres alrededor de la experiencia de la película, enfocados a cómo crear o desarrollar un proyecto de cine underground, pero con enfoque de rentabilización, que no solamente sea por amor al arte, siempre con la idea de que sea un proyecto que genere dinero.

Podría interpretarse como no priorizar al arte sino a la ganancia.

O sea, ser consciente de qué tipo de proyecto tienes, ¿no? Yo no digo olvidarte de plantear una buena narrativa y que el guión funcione y sea bueno, ¿no?, eso es posible, por supuesto que sí. Pero ya hay temáticas, hay géneros que son más comerciales que otros, de arranque. No es lo mismo… la comedia no vende igual que un melodrama de 1700. Va por ahí saber qué tan comercial es tu película, por los temas y el enfoque que aplicas.

¿Según Gen Hi8 tú vendrías a ser director de cine de autor?

Sí, bueno, el cine de autor es un cine que, para empezar, tienes control sobre la dirección, sobre la edición, en muchos casos tú mismo has hecho el guión –yo he participado también en la guionización- ¿Qué más lo define como de autor?… Tiene una narrativa visual particular, un poco alejada de fórmulas o formatos de narrativa más convencional, más comercial, masivos, ¿no? Tratando de generar un lenguaje audiovisual poco convencional que tenga siempre el riesgo de alejar público, porque no está acostumbrado a ciertas formas narrativas diferentes. Hemos tratado de encontrar el punto medio, no hemos querido ser tan…

¿Experimental?

Sí, tan experimental, o tan… no sé…

¿Pretencioso?

Claro, tampoco hemos querido hacer la pretensión del “cine arte”. Todo es válido. Cada uno tiene que hacer el cine que le gusta, como le gusta, como lo siente. Yo, como dije, no soy ningún purista con nada, a mí me gustan todos los tipos de expresión audiovisual. Me gustaría, cuando me muera, decir, pucha, he hecho telenovelas, documentales, videoclips, comerciales de televisión, películas, series de tv, el show de Gisela… me encantaría haber hecho todo, noticieros, lo que sea.

Para terminar, ¿qué te deja Gen Hi8?, ¿cómo has sentido la recepción del público?

Creo que ha superado un poco lo que yo esperaba. Sí, era un cine poco convencional. Yo asumía que hay un sector que gusta de ver cine de autor, cine diferente, o que entiende del cine underground, en el que yo creía que sí iba a resultar bien. Pero la ha podido ver gente que no suele ver cine de ese tipo, que está más acostumbrada a ver cine comercial o de Hollywood, y que, bacán, lo ha recibido muy bien, lo ha entendido muy bien. La crítica también, pero ha trascendido el espectro de este arte underground y ha tenido una valoración de cine un poco más general, digamos, no tan sesgada en underground. Y, sí, buenos comentarios, buenas críticas, la han visto varios críticos del medio, Emilio Bustamante, Carlos Esquies, Mónica Delgado, Mario César Castro, Sayo Hurtado, Rodrigo Bedoya… y todos encantados con la película, le encuentran mucho…

Disculpa, ¿Rodrigo Bedoya tiene que ver con Ricardo Bedoya?

Es su hijo.

Ah… bueno, me decías…

Y bueno, todos le encuentran atributos, cosas valorables, entienden qué es lo que queríamos decir. La propuesta visual gusta un montón, las actuaciones, la puesta en escena…

Las actuaciones son buenas, por momentos parece un falso documental, se ve bien natural todo.

Claro, sí, eso era un poco lo que queríamos lograr con el tono actoral: que se vea lo más natural posible, buscamos chicos que, si bien es cierto no son actores, que la forma de ser de ellos un poco se acomode al personaje como lo teníamos planeado.

Algunos de ellos creo que ya tenían experiencia.

Hay chicos que ya han hecho Al fondo hay sitio. Están Andrés Mesía y Aarón Picasso, que interpretaron los dos el mismo papel de Jaimito ahí, solo que en etapas diferentes. Está Johan Mendoza, que ha hecho Chacaloncito y Camote. Son los que más experiencia tenían. Actores de esa edad, con recorrido, no hay muchos. Entonces, de ahí volteamos la mirada hacia Youtube y buscamos youtubers que trabajen un poco de arte, monólogos, algo de ficción, skecht. Hicimos un mix de chicos sacados de varios sitios, algunos de realities de tele, y felizmente el mix hizo buena química, los chicos se sienten patas, pareciera que sí son un grupo de hace tiempo.

Entonces, ha sido un producto bien recibido.

Sí, viene siéndolo, porque seguimos en el proceso de mover la película, recién hemos empezado. Hasta el momento supercontentos por el nivel de recepción. A nivel comercial también se mueve, sin que todavía no nos conozca nadie, pero se mueve. Confiamos en que eso nos va a ayudar a recuperar primero la inversión, y ojalá rentabilizar. Pero el proceso es largo. El enfoque de rentabilización de un proyecto low-budget no es igual que un proyecto comercial. El proyecto comercial entra a sala tres, cuatro meses, y termina; acá no, acá es largo aliento, mover la película un año, dos años… llevar gente a internet… Un poco es trabajo de hormiga el enfoque de pelis de este corte, pero, felizmente, como la recepción es buena, y las funciones van funcionando, nos sentimos motivados, y ojalá eso no cambie.

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Giancarlo Tejeda Written by:

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