“LA ACTUACIÓN ES UNA HERRAMIENTA PODEROSA DE AUTOCONOCIMIENTO”

Conversamos con Fiorella Díaz, quien dirige el enigmático montaje La piedra. La actriz y directora nos contó detalles de esta obra, además de pasajes de sus inicios en la actuación y de cómo el yoga le ayudó a encontrarse a sí misma.

 

Fiorella, ¿qué tal esta experiencia dirigiendo La piedra?

Ha sido y viene siendo un proceso hermoso, cada día me sorprendo de lo natural que se ha llevado el proceso, porque las cosas han caído por su propio peso, desde la búsqueda del texto, la búsqueda del elenco, la convocatoria de la Escuela y retornar a ella después de mucho tiempo. Yo he estudiado aquí, en ENSAD (Escuela Nacional Superior de Arte Dramático), y regreso para dirigir una obra. No ha habido nada forzado, todo ha fluido naturalmente. Me siento contenta y agradecida. La piedra me encuentra en un momento bisagra de mi carrera y de mi vida, donde la dirección empieza a cobrar un espacio importante, donde me encuentro muy apasionada en el rol de directora, es algo que me motiva muchísimo, luego de haber hecho un viaje en mi vida que me ha hecho vivir mis experiencias de una manera completamente diferente, con más consciencia, y regresar a la dirección con La piedra ha sido hermoso.

¿Viajaste fuera del país?

Sí, estuve en Indonesia, encaminando y abriendo puertas hacia otros aspectos de mi vocación. Me fui a hacer una certificación en Yoga Kundalini, en terapias energéticas…

¿Kundalini?

Kundalini Yoga. Soy terapeuta holística también, terapeuta energética; entonces, después de adquirir estos conocimientos y de haber tenido estas experiencias, puedo ver ahora que, muchas de esas experiencias han influenciado en mi dirección de La piedra, desde la elección del texto hasta la manera en cómo nos hemos vinculado con las actrices y con todo el equipo creativo.

¿Cómo llegas a la obra?

La Escuela me invita a presentar un proyecto para la dirección, para la tercera temporada del año, y ahí es donde yo empiezo a buscar un texto. Yo estaba fuera del país en ese momento.

¿Conocías la obra?

Tenía varios textos bajo la manga, pero elegí uno que sea viable en este teatro, que sea viable también en tiempos, me contacté con Christian Saldívar, que somos muy amigos, él es un joven dramaturgo que está produciendo mucho, buen teatro peruano; entonces, le dije: “¿qué tienes en tus carpetas?, ¿tienes algún texto trabajado?”, y me dijo: “sí, tengo algunos”. Me dio algunos, leí La piedra, y dije: “yo creo que este es, juntémonos para trabajarlo”. Siempre trabajamos así, conversamos, y él afina el texto, él abre esa posibilidad, es un dramaturgo al que le gusta estar en contacto con los procesos creativos de los montajes de sus obras. Así empezó, y la Escuela aprobó el texto, y ahí nos tienes, a punto de estrenar.

¿De qué trata la obra?, me parece que tiene que ver con el existencialismo

Hay dos personajes, y no logras saber si son seres humanos o animales, pero tienen consciencia, y gracias a ella empiezan a cuestionarse su existencia en este mundo, en una realidad que plantea bien clara la obra, una realidad en donde ya no hay más guerras, existe una paz constante; entonces, de estos dos seres, Uno, que es el único que queda en su especie, está en extinción completa, y Dos llega al refugio de Uno, para proponerle una situación un tanto macabra. Y es ahí, en la cueva, donde se originan todas las situaciones, donde estos dos seres cuestionan su existencia, se reafirman, se encuentran con el compañerismo, con el amor, con los desencuentros, donde entienden que la vida no es vida sin aceptar la muerte, y viceversa. Tiene mucho de un teatro de lo absurdo, pero hay un mensaje de compañerismo, de pensar en el otro, salirnos del individualismo que caracteriza a estos tiempos en esta sociedad acuariana, donde estamos al mismo tiempo conectados constantemente a través del internet, pero al mismo tiempo estamos encerrados en nosotros mismos; ¿de qué manera creamos consciencia de nuestros seres individuales sin perder la perspectiva de que lo que me pase a mí también afecta al otro?, y viceversa, ¿no?

Entonces, no se sabe si son humanos o animales…

No se especifica.

Pero, al final, los humanos también somos animales

Tenemos un aspecto reptiliano, tenemos unas respuestas básicas, Sí, tenemos ese instinto animal también, pero tenemos un plus: nuestra neocorteza cerebral nos permite ser seres eurísticos, eso quiere decir que nos adaptamos y creamos soluciones para adaptarnos a la vida, y tenemos una consciencia que nos permite no solamente el intelecto, sino cuestionarnos quiénes somos, y encontrar una respuesta de que todos somos parte de una misma fuente. Eso, los animales no lo tienen.

¿A qué te refieres con “reptiliano”?

Hay un aspecto de nuestro cerebro, que es el cerebro reptiliano, el miedo, la agresividad, responden al instinto de protección, el hambre, el deseo sexual… somos eso también, pero también tenemos este otro aspecto más elevado.

Has tocado el tema del individualismo en la sociedad actual, ¿crees que estamos involucionando?

Yo creo que el camino de la evolución no se detiene, no se puede detener, no hay involución, eso creo yo; pero sí hay momentos importantes en los que la resistencia se siente más fuerte, es justo previo a un gran salto de consciencia, un salto cuántico de consciencia, y creo que lo estamos viviendo en estos momentos.

Rebeca Ráez es Uno en la obra dirigida por Fiorella Díaz

 

Volviendo a tu vida personal… ¿qué es lo que te gusta de dirigir?, porque también dicen que es estresante

No es estresante, depende de cómo elijas vivir tu experiencia creativa. La dirección demanda una perspectiva para crear sentidos, y cuando uno está encargado de la labor actoral eres un obrero del hacer, no es que no tengas una propuesta desde la actuación, claro que sí, tienes un espacio para proponer, para crear, pero básicamente lo resuelves a través de la acción, y en la dirección lo que tú haces es motivar, sostener el espacio creativo, presionar un poco también para generar saltos a nivel creativo. Entonces, demanda mayor perspectiva, y ya luego de eso ves lo que es el espectáculo, entras en comunicación directa con otros artistas: el plástico, el escenográfico, y estás encargado de crear una nueva realidad, creas un mundo que tú mismo vas diseñando, y luego de eso, una vez que se estrena, ya no te pertenece más.

¿No vas haciendo ajustes en las primeras funciones?

En las primeras funciones veo ajustes técnicos, pero luego ya no, porque ya no te pertenece, es una fuerza que, una vez que entra en contacto con el público, tiene su propia vida, su propia progresión, su propio desarrollo; intervenir en eso es pretender que yo lo puedo dominar, y no, eso ya no, yo ya hice mi trabajo en crear el sentido, y eso cae por su propio peso.

Estudiaste actuación en la ENSAD, ¿también estudiaste dirección?

No, la dirección la hice siendo asistente. Fui asistente de dirección de Carlos Acosta en varios montajes, luego también de Jorge Villanueva con Ópalo, aprendí muchísimo con Jorge, trabajamos juntos un par de años en varios montajes; y luego observando, siempre mi mente como actriz trabajaba en ver el todo, lo de la dirección siempre estuvo ahí, acompañándome.

Según leí, cuando empezaste en el teatro, no querías entrar en la televisión

Son ideas de cuando estaba más chiquilla, uno se apasiona tanto con la formación teatral, es intensa, profunda, tu compromiso también te hace pensar que no, rechazas la televisión porque la prejuzgas y tienes ideas preconcebidas de la tele pero, yo he terminado haciendo televisión, y es un espacio riquísimo para aprender, para tener una práctica de ingresar y salir de las escenas, un nivel técnico; parte de mi profesión se ha hecho a través de la televisión.

Aparte de que llegas a más gente…

También, claro, la gente conoce tu trabajo.

¿Recuerdas qué hizo que decidieras entrar en el mundo de la actuación?, ¿tu familia te apoyó?

Sí, mi mamá me ha apoyado en todo lo que ha confiado, donde yo pongo la llamita de mi pasión, eso es una señal de que es real, es verdadero, y mi familia siempre ha estado ahí para apoyarme. Empecé a los 16, estudiando en la ENSAD, y previamente había estado llevando talleres con Ramón García, a los 14 años, cuando él iniciaba lo que ahora es el TEFA, en sus inicios, yo estuve ahí, antes de que estuviese en el Centro de Lima estaba en Miraflores, y yo todavía estaba en el colegio. En el colegio también, tuve la suerte de tener un colegio en donde promueven muchísimo las artes y en donde hay un teatro hermoso. No era para mí muy ajena la vida teatral. Desde mi adolescencia apunté a que el teatro sea uno de los pilares de mi vida.

¿En tu familia hay antecedentes de alguien que se dedique al arte?

Actores o actrices, no, pero sí hay músicos, tengo tías que son pintoras, o que escriben, mi prima es escenógrafa. Sí, creo que soy una de las primeras actrices de la familia.

Una vez comentaste que tu sobrino quería actuar

Sí, mi sobrino tiene 16 años y actúa en el colegio, y está contemplando seriamente ser actor, pero vamos a ver, cada quien dibuja su camino.

¿Sientes que ahora hay más gente que quiere entrar en el mundo de la actuación?

Sí, yo veo la diferencia ahora que he regresado a la Escuela, ya no hay solamente dos turnos, cada turno se divide en dos o tres aulas. Hay más gente interesada en una formación seria, más que seria, en una formación profesional, porque los talleres también son serios, pero cuando decides llevar una carrera de cinco años, que es una carrera de largo aliento, necesitas compromiso y reenamorarte de la carrera constantemente, para no simplemente ir por las luces de “ya tengo un trabajo”, y listo, y me distraigo, porque eso también ocurre, y llevar a cabo los cinco años.

Cuando empezaste a estudiar actuación, ¿dudaste en algún momento?

Me he cuestionado después, pero durante mi formación, en ese tiempo había un ímpetu y una pasión por hacer arte, que no importaban mucho las condiciones y los impedimentos, que supongo también lo viven los chicos de ahora de una manera distinta. Los cuestionamientos han venido después, cuando he ingresado a la televisión, y si es realmente lo que quiero o no, y luego cuestionarme, sentir en mi alma, en mi corazón, qué otro tipo de vocación tengo, una vocación de servicio, y ahí es donde empiezo a abrir las puertas hacia las terapias, hacia mis clases de yoga.

¿Dudaste cuando ya estabas en la televisión o cuando ibas a presentarte a un casting?

No, a los casting siempre he ido, solo que, a veces la vida en la televisión, como es efímera, no es real lo que se muestra siempre, puedes empezar a cuestionar tu rol dentro de ahí; además, la televisión que se suele manejar aquí en Perú… aunque ahora hay más programas blancos, más ficción. Te cuestionas aquellos espacios de la televisión en donde no promueven valores, donde crean espacios que en realidad no comparto, espacios de chismes, y se mezcla mucho la vida artística con eso, puede ser un aspecto, pero no lo es todo, quizá es ahí donde yo me he cuestionado, y sí, he tratado de marcar una distancia.

¿Hablas de los realities?

De los programas que se basan en hablar de la vida de la gente, que no les veo ningún aporte.

Esos son los realities, y los programas de chismes…

No les veo ningún aporte. Pero cuando estás muy cerca de una producción, estás muy cerca de eso, también es parte del asunto, y quizá ahí han venido mis cuestionamientos, cuán a fondo quiero llevar eso, cuán interesada estoy yo, en mi caso particular, porque a otras personas puede interesarles muchísimo.

En una época estuviste en el programa de baile Amigas y rivales

Sí, me invitaron, Raúl Romero dirigía ese programa, sí, bailé (risas).

¿Y qué tal?

Bien, divertido, hasta ahora los chicos del colegio que apoyé en la calle me dicen: “yo soy del colegio que apoyaste”, eso es bonito, es uno de los aspectos bonitos de la experiencia.

Pero era un reality de baile

Era un concurso de baile, y creo que recién ahí empezaron a mutar.

Fue cuando recién empezabas en la televisión

Fue en el segundo o tercer año en el que venía haciendo ficciones de manera seguida.

Estuviste en Matadoras, Yo no me llamo Natacha… hiciste papeles de buena, pero luego hiciste de villana varias veces, hasta que en el cine llegaste a hacer del mismo diablo

(Risas) Sí, con Daniel Rodríguez Risco, en No estamos solos. En verdad empecé haciendo papeles divertidos, cómicos, luego… he sido bien suertuda, porque me han dado la oportunidad de interpretar diferentes perfiles, y claro, un antagónico tiene un peso casi como un protagónico, y quedan bastante en la memoria de la gente, porque son personajes que hacen todo lo que uno no debería hacer, lo que no es correcto; entonces, la gente como que a veces hace catarsis a través de los antagónicos y se acuerda mucho de ellos. Sí, he hecho de todo en la tele.

En una sesión de Kundalini Yoga en el parque

 

Alguna vez dijiste que actuar es terapéutico, ¿sientes que ha sanado algo de ti con la actuación?

Sí, definitivamente, la actuación es una herramienta que llevo conmigo siempre, por eso creo que los talleres de teatro, los juegos dramáticos, son tan importantes en la formación de todo el mundo, desde el colegio, porque te invita a conocerte a ti mismo, te invita a manejar tu energía, no solamente tu peso físico o tu expresividad, sino a conocerte y a conocer cómo funciona tu mente, cómo funciona tu cuerpo, cómo estás hoy día para interpretar, porque tú eres el instrumento principal de expresión; entonces, tienes que conocerlo. En ese sentido, ese viaje nunca termina, porque uno va cambiando conforme pasa el tiempo. La actuación te invita a mirar hacia adentro para luego ser un canal de expresión y comunicar. Sí, creo que es una manera poderosa de autoconocimiento y una manera de elevar todos los impulsos y emociones, sean positivas, las emociones más bajas, es una manera de canalizarlo y de elevarlo a un nivel expresivo a través de la creatividad, como también lo hace la música o la pintura.

¿Es cierto que en tu adolescencia estabas deprimida por tu físico?

Ah, hubo un titular de un diario… En la adolescencia uno busca armarse una identidad, y lo que se vende es un parámetro de belleza, y si tú no te identificas con eso, empiezas a sentirte mal. Eso le ocurre a muchos adolescentes, que buscan imágenes. Y luego me metí a un medio donde es más fuerte eso, tienes que entrar en un perfil para cumplir o para obtener un papel o no. Aprendí a sobrellevarlo, a estar mucho más confiada de mi autenticidad, porque eso soy, no puedo pretender ser otra cosa.

Y hace poco has hecho un desnudo para la revista Soho

Sí, el año pasado hicimos una sesión de fotos en la Laguna Parón, en Huaraz, fue una de las motivaciones para hacer las fotos, porque Soho ya me había contactado años antes y yo no estaba interesada en hacer desnudos, y en ese momento quisieron hacer algo por el mes de julo, y en una locación natural, y dije: “¿por qué no?”, nunca hay que decir “nunca” (risas), y los hice, y no me arrepiento para nada, son unas fotos hermosas.

Mucha gente puede confundirlo con algo banal

Creo que la belleza no es banal. Tener un prototipo y forzar a la gente a que lo cumpla, a estandarizar, eso sí es imposible, cada uno tiene un brillo y una luz propia. Mucha gente se confunde y quiere tener un cuerpo o una determinada manera de hacer las cosas, de decir… en eso sí nos alejamos de nuestra propia esencia. ¿Tú puedes salir en Soho, hacer unas fotos mostrándote tal cual?, sí, claro que sí, yo lo hice, y no me arrepiento, aunque mucha gente pueda pensar: “oye, pero eso se contradice”.

¿Te lo han dicho?

Algunos comentarios, pero… todos tienen la libertad de pensar, pero todo se queda en el campo de las ideas, son opiniones, todas respetables.

Conducir el programa de televisión Haciendo Perú debe haber sido muy enriquecedor

Sí, esa ha sido una de las sorpresas que la televisión me ofreció, conducir un programa, reportear también, porque yo misma hacía las notas, ingresar en este mundo del periodismo, no siéndolo, con todo el perdón y el respeto que demandan los periodistas, aprendí sobre la marcha a hacer notas y un programa que me permitía conocer todo el Perú a fondo, no solamente pequeños espacios, sino conocer a la gente que hace al país, que tiene este impulso emprendedor. Es una pena que ya no esté ese programa al aire, porque era muy bonito, lo recuerdo con mucho cariño.

Quizá algún otro programa quiera tenerte para conducirlo

Yo feliz, ahí descubrí que me encanta conducir, hablar ante cámaras, conocer, estar en contacto con nuevos espacios, viajar, dar a conocer, entrevistar… sí se abre la oportunidad, yo feliz.

¿Qué otros proyectos tienes?

Ahorita estoy enfocada en abrir mi estudio de yoga, el primero de octubre se lanza, con clases, terapias, estoy haciendo charlas, no solamente motivacionales sino a pacientes oncológicos, para que vean la enfermedad de una manera diferente, a utilizar las herramientas que tengo como comunicadora para llevar luz, llevar un mensaje de optimismo y ayudar, motivar a la gente a que tenga una mejor relación consigo misma y que puedan revelar el alma, lo hago a través de la expresión artística y a través de mi labor directa como maestra de Kundalini Yoga.

¿Va a ser una escuela, un taller?

Es una casa, un estudio de yoga, donde me dedico a hacer terapias energéticas y donde también dicto clases de Kundalini Yoga.

¿Tiene un nombre?

Alma Sentido. Tengo un fanpage que está orientado a lo que es bienestar, balance en la vida, yoga, meditación.

¿Alguien te acompaña en este proyecto?

Estoy acompañada de la maestra Pavitra Devi Dasi y estamos trabajando en asociación con diferentes lugares de retiros a nivel nacional, pero yo soy la fundadora de Alma Sentido.

Con la actriz Andrea Montenegro

 

¿Cómo llegaste a entrar en este mundo del yoga?

Me formé como terapista holística en Runa Wasi, una escuela para terapeutas, y luego estaba buscando una clase Kundalini y conocí a Andrea Montenegro en una novela…

Mis tres Marías

Sí, Yo buscaba Kundalini Yoga, y me dijo: “yo soy instructora”, y le pedí que hiciéramos yoga en los momentos que tengamos huecos de escena. Con ella ha sido una de mis primeras experiencias con el Kundalini, gracias a sus enseñanzas. Luego de eso pensé: “esto lo tiene que conocer la gente”, es una herramienta tan poderosa y tan buena que te hace sentir bien, en paz contigo mismo, te reconecta, dije: “esto yo lo quiero enseñar”; entonces, ahí es donde decido irme a Indonesia y empezar a hacer este peregrinaje hacia mí, volver hacia mí, y donde me formo como instructora, y luego vuelvo a fundar Alma Sentido, y a compartirlo a través de este espacio.

Kundalini, ¿es una variante del yoga?

Es un estilo del yoga, el Kundalini es conocido como el yoga de la consciencia, lo trajo a occidente un maestro que se llama Yogui Bahjan, y trabaja con asanas, con posturas yoga, con mantras, con respiración pranayama, con meditación, y es una herramienta poderosa para conocerte a ti mismo, para no solamente mejorar a nivel de salud o físicamente, sino para expandir consciencia.

¿En qué se diferencia del yoga convencional?

Hay un énfasis, es mucho más efectivo, va directo a expandir consciencia, pero todos los estilos de yoga buscan lo mismo: el despertar de la energía creativa, la energía kundalini.

¿Qué quieres decir con “expandir consciencia”?, ¿ir más allá del individualismo?, ¿tiene que ver con la divinidad?

Que todos somos parte de todo, que hay una fuerza, como tú quieras llamarla, pero hay una fuerza creadora que hace que todo se mueva, que todo exista, y que pertenecemos a eso. Y evaluar cómo está nuestra comunicación, cómo nos sentimos, si nos sentimos realmente creadores o no, y esta práctica te ayuda a reconectarte, a ir hacia adentro, a conectar con esa fuerza creativa, con tu propia radiancia, con tu propia luz, y eso te hace vivir la vida de una manera diferente, te hace enfrentar las dificultades de la vida -porque siempre van a haber dificultades- desde una perspectiva con mayor integridad, desde un centro, íntegros, como seres íntegros que somos.

Por eso es importante el yoga

Yoga es unión de cuerpo, mente y alma; si la mente anda solita y nos olvidamos que tenemos un cuerpo, hay una desconexión, empiezan los problemas; si nos vamos por la vida solamente conectados con nuestros asuntos materiales, y nos olvidamos que tenemos un alma, que pertenecemos a una fuente principal, empieza a haber problemas. El yoga trabaja con disciplinas, prácticas que integran cuerpo, mente y alma.

Para terminar, ¿qué ha hecho en ti el yoga?

He descubierto mi vocación como maestra, quiero que otros se encuentren a sí mismos. Yo estuve durante mucho tiempo… trabajaba mucho, hacía muchas cosas, pero sentía todavía que algo faltaba, como un vacío, tenía el amor de mi familia, el de mis amigos, pero igual andaba buscando algo debajo de la almohada, y no lo encontraba. Creo que mucha gente se siente así, y lo que hace falta es encontrarse con uno mismo realmente, y a veces uno no sabe cómo, y en estos tiempos más aún, a veces uno no sabe cómo vivir la misma vida, y estas disciplinas ancestrales te ayudan a reconectarte y a aceptar y a vivir la vida con mayor plenitud.

 

 

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Giancarlo Tejeda Written by:

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